Uno de los milagros se refiere a la recuperación de la costarricense Floribeth Mora, que padecía un aneurisma cerebral. El otro es el caso de la monja Marie Simon-Pierre, quien sufría de Parkinson.
La confirmación de dos milagros en Francia y Costa Rica fueron determinantes para que el papa Francisco decidiera que Karol Wojtyla sea elevado a la gloria de los altares y al culto universal.
El último de los milagros se refiere a la extraordinaria recuperación de una mujer costarricense que padecía un aneurisma cerebral, que Juan Pablo II curó de manera inexplicable para la ciencia, el 1 de mayo de 2011, el mismo día en que fue beatificado.
Floribeth Mora ingresó a un hospital en el 2011 con un gravísimo aneurisma. Pasados unos días, el coágulo del cerebro se disolvió sin tratamiento alguno.
El médico a cargo no se explica cómo ocurrió. "Por qué desapareció, pues yo nunca le he encontrado una explicación".
Para su familia la recuperación fue fruto de las plegarias que le dedicaron a Juan Pablo II.
El milagro ya ha sido confirmado por la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano.
EL PRIMER MILAGRO
El otro milagro que se atribuye al santo padre es el caso de una monja francesa que dijo sentir nueva fuerza interna y vitalidad al desaparecer repentinamente el mal de Parkinson que padecía desde el 2005.
Una recuperación que el Vaticano atribuye a la intervención milagrosa del papa Juan Pablo II.
La monja Marie Simon-Pierre, quien trabaja en una clínica de maternidad en París, dijo que sintió que nació nuevamente al despertar el 3 de enero de 2005, después de haber rezado a Juan Pablo II para sanar.
Las autoridades de la Iglesia han estudiado la curación de Simon-Pierre y determinaron que fue obra de Juan Pablo II, quien también sufrió el mal de Parkinson.
La curación de Simon-Pierre ocurrió aproximadamente dos meses después de la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, a la edad de 84 años.
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