Las horas de pasividad muscular continuada ralentizan el metabolismo y reducen la producción de enzimas, al tiempo que exponen al organismo a niveles anormales de glucosa y colesterol, indican.
La gente que pasa la mayor parte de su tiempo sentada tiene un 54 % más de posibilidades de morir de un infarto, datos que se desprenden de un estudio sobre el estilo de vida de más de 17.000 personas.
Científicos del Pennington Biomedical Research Center en Louisiana (EE UU) determinaron que las horas de pasividad muscular continuada ralentizan el metabolismo y reducen la producción de enzimas, al tiempo que exponen al organismo a niveles anormales de glucosa y colesterol.
"Dedicar unas pocas horas a la semana en el gimnasio no parece que reduzca ese riesgo significativamente", aseguró el doctor de la Clínica Mayo James A. Levine, uno de los referentes en investigaciones sobre la materia.
La clave está en ponerse de pie. Con pasar las horas erguido el cuerpo quema un 40% más de grasa, aunque cambiar de postura por sí solo no sea suficiente, según explica Toni Yancey, profesora de Salud Pública de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Claro que estar de pie muchas horas tiene consecuencias, como saben los trabajadores de la hostelería o del comercio.
Aparte de la incomodidad de pasar muchas horas de pie, esto puede derivar en dolores musculares, enfermedades cardiovasculares, artritis, varices en las piernas o complicaciones en el embarazo, informa 20minutos.es.
En todo caso, tan graves son las consecuencias del sedentarismo que en Estados Unidos son ya varias las empresas que proponen a sus empleados trabajar de pie.
Compañías como Google, Facebook, Intel o Boeing son algunas de las que han dado la bienvenida en sus despachos a las mesas altas por el bien de sus empleados.
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