Los gemelos, o por lo menos uno de los dos, termina teniendo la misma suerte que los recién nacidos con deformidades, también vistos como anormales y que terminan muriendo por abandono.
Una pareja de indígenas Ianomami decidió mantener con vida las trillizas que tuvo en junio pasado e ignorar por primera vez la tradición de esta etnia, que habita en la Amazonía en la frontera entre Brasil y Venezuela, de apenas permitir la supervivencia de uno de los hijos de partos múltiples.
La decisión de romper con una milenaria tradición de una de las etnias más aisladas de la Amazonía y que aún mantiene intactas sus costumbres ancestrales causó sorpresa entre autoridades sanitarias de Brasil, que ya preveían un conflicto en caso de que intentaran impedir el sacrificio de dos de las trillizas.
"Cuando nacieron las tres niñas, la madre tuvo muchas dudas y estaba asustada con la posibilidad de que las personas de su aldea la rechazaran por quererlas vivas", relató a Efe la directora de la estatal Fundación Nacional de la Salud (Funasa) en el distrito para los Ianomami, Joana Claudete Schuertz.
"Pero la pareja, que ya tiene otros seis hijos, decidió quedarse con las trillizas, y la comunidad, con la que tuvimos que conversar mucho para convencerlos, aceptó esa decisión", agregó la especialista en programas de salud para comunidades indígenas.
Según algunos antropólogos, el nacimiento de gemelos o mellizos acostumbra ser visto como anormalidad entre los Ianomami.
Los gemelos, o por lo menos uno de los dos, termina teniendo la misma suerte que los recién nacidos con deformidades, también vistos como anormales y que terminan muriendo por abandono.
Por esa razón el nacimiento de las trillizas de una india Ianomami, algo de lo que la Funasa no tenía registro hasta ahora, despertó inmediatamente temores entre los funcionarios del organismo que tuvieron que practicarle una cesárea a la madre en un hospital en Sao Gabriel da Cachoeira, municipio en el estado de Amazonas.
De acuerdo con Schuertz, la decisión de los Ianomami de apenas quedarse con uno de los hijos es más por una necesidad que por creencias o temores a castigos divinos.
"Realmente el nacimiento de gemelos es una anormalidad, pero también es algo inviable. Generalmente las madres cargan sus hijos durante todo el período de amamantamiento (dos años) y tienen que seguir sus labores normales, por eso no tienen cómo cargar dos o dedicarse a cuidar a bebés con problemas", explica.
"Por eso, si nacen dos, ellos matan uno. Si nacen un niño y una niña, ellos escogen al niño, y si nacen dos niños, escogen al de mayor tamaño. No tienen condiciones para cuidar dos y ese es el motivo principal de esa tradición", agrega.
La especialista agregó que una de las razones para que aceptaran quedarse con las tres niñas fue que la Funasa y algunas familias se comprometieron a ayudar con recursos, leche en polvo y pañales.
"Los demás integrantes de la aldea aceptaron la decisión y no hay riesgo de que se pongan en contra de la pareja, pero aceptaron con la condición de recibir ayuda", relata.
Schuertz dijo que, por su mayor contacto con otras culturas, los Ianoamami que habitan en el estado de Amazonas son menos tradicionales que los que viven en el estado de Roraima, en donde está la mayor parte de la reserva
La reserva Ianomami, con 9,6 millones de hectáreas para 12.500 habitantes, es una de las mayores áreas indígenas de Brasil y garantiza el aislamiento del grupo, que sigue viviendo como sus ancestros, con poco contacto con otras culturas.
"Si las niñas hubiesen nacido entre los Ianomami de Roraima, difícilmente habrían nacido en un hospital o sobrevivido. En las regiones más aisladas, las tradiciones se mantienen más preservadas", explicó.
La Funasa ya ha enfrentado polémicas por quebrar tradiciones de los Ianomami para garantizar vidas.
En mayo pasado, por ejemplo, tuvo que pedir respaldo a la justicia para mantener hospitalizada a una niña con tuberculosis, neumonía e hidrocefalia cuya vida estaba en riesgo y que la familia insistía en llevarse a la reserva. EFE
La decisión de romper con una milenaria tradición de una de las etnias más aisladas de la Amazonía y que aún mantiene intactas sus costumbres ancestrales causó sorpresa entre autoridades sanitarias de Brasil, que ya preveían un conflicto en caso de que intentaran impedir el sacrificio de dos de las trillizas.
"Cuando nacieron las tres niñas, la madre tuvo muchas dudas y estaba asustada con la posibilidad de que las personas de su aldea la rechazaran por quererlas vivas", relató a Efe la directora de la estatal Fundación Nacional de la Salud (Funasa) en el distrito para los Ianomami, Joana Claudete Schuertz.
"Pero la pareja, que ya tiene otros seis hijos, decidió quedarse con las trillizas, y la comunidad, con la que tuvimos que conversar mucho para convencerlos, aceptó esa decisión", agregó la especialista en programas de salud para comunidades indígenas.
Según algunos antropólogos, el nacimiento de gemelos o mellizos acostumbra ser visto como anormalidad entre los Ianomami.
Los gemelos, o por lo menos uno de los dos, termina teniendo la misma suerte que los recién nacidos con deformidades, también vistos como anormales y que terminan muriendo por abandono.
Por esa razón el nacimiento de las trillizas de una india Ianomami, algo de lo que la Funasa no tenía registro hasta ahora, despertó inmediatamente temores entre los funcionarios del organismo que tuvieron que practicarle una cesárea a la madre en un hospital en Sao Gabriel da Cachoeira, municipio en el estado de Amazonas.
De acuerdo con Schuertz, la decisión de los Ianomami de apenas quedarse con uno de los hijos es más por una necesidad que por creencias o temores a castigos divinos.
"Realmente el nacimiento de gemelos es una anormalidad, pero también es algo inviable. Generalmente las madres cargan sus hijos durante todo el período de amamantamiento (dos años) y tienen que seguir sus labores normales, por eso no tienen cómo cargar dos o dedicarse a cuidar a bebés con problemas", explica.
"Por eso, si nacen dos, ellos matan uno. Si nacen un niño y una niña, ellos escogen al niño, y si nacen dos niños, escogen al de mayor tamaño. No tienen condiciones para cuidar dos y ese es el motivo principal de esa tradición", agrega.
La especialista agregó que una de las razones para que aceptaran quedarse con las tres niñas fue que la Funasa y algunas familias se comprometieron a ayudar con recursos, leche en polvo y pañales.
"Los demás integrantes de la aldea aceptaron la decisión y no hay riesgo de que se pongan en contra de la pareja, pero aceptaron con la condición de recibir ayuda", relata.
Schuertz dijo que, por su mayor contacto con otras culturas, los Ianoamami que habitan en el estado de Amazonas son menos tradicionales que los que viven en el estado de Roraima, en donde está la mayor parte de la reserva
La reserva Ianomami, con 9,6 millones de hectáreas para 12.500 habitantes, es una de las mayores áreas indígenas de Brasil y garantiza el aislamiento del grupo, que sigue viviendo como sus ancestros, con poco contacto con otras culturas.
"Si las niñas hubiesen nacido entre los Ianomami de Roraima, difícilmente habrían nacido en un hospital o sobrevivido. En las regiones más aisladas, las tradiciones se mantienen más preservadas", explicó.
La Funasa ya ha enfrentado polémicas por quebrar tradiciones de los Ianomami para garantizar vidas.
En mayo pasado, por ejemplo, tuvo que pedir respaldo a la justicia para mantener hospitalizada a una niña con tuberculosis, neumonía e hidrocefalia cuya vida estaba en riesgo y que la familia insistía en llevarse a la reserva. EFE
Comparte esta noticia