Los menores apresados han confesado que fueron las circunstancias y las malas compañías que los llevaron a cometer robos al paso, secuestros y hasta asesinatos.
En los últimos cinco años se ha incrementado en más del 70% el índice de infracciones a la ley a cargo de menores de 18 años de edad que fueron dirigidos a un centro de reclusión por vínculos con el narcotrafico.
Los menores apresados han confesado que fueron las circunstancias y las malas compañías que los llevaron a cometer delitos como robos al paso, los secuestros y hasta asesinatos.
Algunos sindican a la falta de un padre como una de las causas que entraron en la delincuencia. Otros jovenes delincuentes provienen de familias disfuncionales donde la droga los mantiene en un círculo vicioso.
En el Perú, actualmente hay casi 6 mil jóvenes que han sido condenados, lo cual representa el 8% de la población penitenciaria. El 85% de los adolescentes han desertado de la escuela en edad para el estudio, dijo Carlos Vásquez Ganoza, director general de política criminal y penitenciaria.
Nuestro país tiene nueve centros juveniles, dos de ellos en Lima. Uno para mujeres y otro para varones. Este último ubicado en un anexo del Penal de Piedras Gordas II, hasta este lugar llegan los jóvenes que ha cumplido la mayoría de edad en medio de la reinserción.
No solo el internamiento es la única opción. También existen los servicios de orientación al adolescente en donde se le asigna labores de tratamiento y talleres.
Ganoza indicó que llama la atención que en los últimos cinco años, haya habido un incremento en 170% de la participación de adolescentes condenados por la tenencia ilegal de armas de fuego. “En 70% se ha incrementado en los últimos años la participación de estos adolescente en el tráfico ilícito de drogas y microcomercialización.
La legislación peruana solo permite el procesamiento como infractores a mayores de 14 años y menores de 18. Aquellos adolescentes menores de 14 no reciben medidas socioeducativas sino medidas de protección.
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