Según informó la Casa Blanca, en la reunión del presidente estadounidense con los líderes republicanos y demócratas también se abordará el tema del techo de la deuda.
El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, recibirá este miércoles en la Casa Blanca a los principales líderes republicanos y demócratas en el Congreso para abordar la paralización parcial de la Administración federal por falta de fondos, que ha entrado en su segundo día.
Según informó la Casa Blanca, en la reunión se abordará también el tema del techo de la deuda, cuyo límite se alcanzará el próximo 17 de octubre.
Si no hay un acuerdo entre el Gobierno y el Congreso para aumentar ese techo de la deuda, el país se verá abocado a la suspensión de pagos.
Al encuentro, programado a partir de las 17.30 hora local (21.30 GMT), asistirán el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
También los líderes de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi.
Obama prevé aprovechar la reunión para urgir al Congreso a aprobar una ley que otorgue fondos para permitir el funcionamiento del Gobierno en el nuevo año fiscal, que comenzó este martes, de acuerdo con la Casa Blanca.
Además, el presidente también instará a los líderes del Legislativo a aumentar el techo de la deuda para evitar "las devastadoras consecuencias" de una suspensión de pagos.
El portavoz de Boehner, Brendan Buck, indicó en Twitter que espera que éste espera que la reunión con Obama sea el inicio de unas "conversaciones serias" entre ambos partidos para resolver esta nueva crisis presupuestaria.
A esta situación de paralización parcial de la Administración se ha llegado a causa de la falta de acuerdo en el Congreso para aprobar fondos para financiar al Gobierno en el nuevo año fiscal.
El ala más conservadora de los republicanos, fundamentalmente el movimiento Tea Party, busca condicionar esa financiación a retrasos en la aplicación de la reforma sanitaria, algo que rechazan los demócratas y el propio Obama.
EFE
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