Ahora que viene un nuevo año es característico el consumo del “vino espumoso”, ya sea champagne o cava, varias son las alternativas en el mercado para celebrar.
En el programa “Oh..diosas”, el experimentado sommelier, José Bracamonte respondió la pregunta: ¿Es posible añejar el champagne?. La respuesta fue simple y directa, no en barrica, pero sí puede madurar en botella (evolucionar-mejorar).
Para recordar la definición exacta de la palabra “anejo”, recurrimos al diccionario. De la familia etimológica de año. En cuanto a lo referente al vino dice: Que ha tenido una prolongada crianza en barrica o en botella, hasta adquirir sus cualidades organolépticas.
Entonces, nos preguntamos: Puede un “buen espumoso” de S/20.00 nuevo soles mantenerse en botella por un año y lograr el resultado esperado de otros cuyas cepas con las que se elaboran pasan un tiempo en reposo adecuado en cubas de fermentación. En verdad, no lo creo.
Quizás le puede servir este dato, que alguna vez me lo dieron. Cuando las espumas son menudas, constantes y se mantienen al centro de la copa, podemos decir que es un “espumoso” aceptable.
Una vez mi amigo sommelier, César Barrientos, me dijo que el “champagne” es el acompañante perfecto, puede ir antes, durante y después de las comida. Como dirían algunas mujeres un amante perfecto que cae como anillo al dedo. Su maridaje perfecto, el chocolate.
El champán se elabora a partir de muchos tipos de uva, aunque tres de ellos llevan la mayor parte de la producción: Chardonnay, Pinot Noir y Borgona.
La cantidad de azúcar agregada después de la segunda fermentación añejamiento varía y determinará el nivel de dulzura del Champán.
Brut Nature o Brut Zéro (menos de 3 g de azucar por litro)
Extra Brut (menos de 6 g de azúcar por litro)
Brut (menos de 15 gramos de azúcar por litro)
Extra Sec (12 a 20 gramos de azúcar por litro)
Sec (17 a 35 gramos de azúcar por litro)
Demi-Sec (33 a 50 g de azúcar por litro)
Doux o Dulce (más de 50 g de azúcar por litro)
El más común es el brut, aunque a lo largo del siglo XIX y en los inicios del siglo XX el champán era generalmente mucho más dulce de lo que es hoy.