Regularización del estatus migratorio está vinculada a una serie de condiciones, como haber llegado al país antes de los 16 años, vivido en EE.UU de manera continua al menos cinco años y otros requisitos.
El proyecto de ley para legalizar a jóvenes indocumentados que llegaron a EE.UU. cuando tenían menos de 16 años se hundió hoy en el Senado y con él las esperanzas de cientos de miles de personas que se estima se habrían beneficiado con su aprobación.
En total 41 senadores votaron en contra y 55 a favor de clausurar el debate y someter a votación el proyecto de ley, conocido como "Dream Act", esto es menos de los 60 sufragios necesarios para que el proyecto impulsado por la Casa Blanca siguiera adelante.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, calificó hoy de "increíblemente decepcionante" el voto del Senado y dijo lamentar que este sábado no imperara el "sentido común".
"En un voto increíblemente decepcionante, una minoría de senadores impidió al Senado hacer lo que la mayoría de los estadounidenses cree que es mejor para el país", afirmó el inquilino de la Casa Blanca en un comunicado.
"Es decepcionante que el sentido común no haya prevalecido hoy", añadió el mandatario, quien dijo que, aun así, su Gobierno no se dará por vencido con el "Dream Act" ni "con la importante tarea" de arreglar el sistema migratorio.
Se calcula que en EE.UU. hay entre diez y doce millones de indocumentados, la mayoría de ellos hispanos.
Este fracaso del "Dream Act" cayó como un jarro de agua fría entre los grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes.
"El Senado ha perdido una oportunidad crítica para ayudar a que jóvenes brillantes y motivados realicen sus objetivos y aspiraciones", afirmó en un comunicado Joanne Lin, consejera de la Unión de Libertades Civiles (ACLU).
"Podemos haber perdido esta batalla pero en la guerra entre la justicia y la injusticia, la inclusión y la exclusión, el coraje y la cobardía, la victoria es tan solo cuestión de tiempo", manifestó por su parte Frank Sharry, director de America"s Voice.
Atascado en un largo ir y venir en el Congreso desde que se introdujo por primera vez en el 2001, el "Dream Act" contempla una vía hacia la ciudadanía para cientos de miles de jóvenes indocumentados.
La regularización de su estatus migratorio dentro de ese proyecto está vinculada a una serie de condiciones como el que hayan llegado al país antes de los 16 años, vivido en EE.UU. de forma continuada durante al menos cinco años y otros requisitos, como el cursar dos años de estudios superiores o inscribirse en las Fuerzas Armadas.
Los críticos aducen que la aprobación de la medida equivaldría a una amnistía que alentaría a más extranjeros a cruzar las fronteras de EE.UU. de forma ilegal.
"El tratar los síntomas del problema podría hacernos sentir mejor (...) pero puede permitir una metástasis del problema", afirmó durante el debate de hoy el senador republicano por Arizona Jon Kyl.
En su opinión, la prioridad debe de ser asegurar las fronteras y "detener la inmigración ilegal".
Senadores demócratas como Robert Menéndez replicaron que los hispanos, la minoría que crece más rápidamente en el país, no olvidarán la decisión de hoy.
"Este es un voto que no será olvidado fácilmente por una comunidad que no solo está creciendo en tamaño, sino también en poder y conciencia política", dijo Menéndez.
El Instituto de Política Migratoria sostiene que la medida habría favorecido de forma inmediata a más de 700.000 jóvenes.
Por su parte, el Departamento de Educación calcula que cada año son más de 50.000 los jóvenes indocumentados que finalizan los estudios secundarios con posibilidad de acceder a la universidad.
Los opositores de la medida aducen también que su aprobación llevaría aparejada una elevada factura, ya que permitiría a esos estudiantes acceder a subsidios federales costeados por los contribuyentes que podrían, según algunas estimaciones, alcanzar los 6.000 millones de dólares anuales.
Sus partidarios, como el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, sostienen, por el contrario, que abriría la puerta para que jóvenes con talento puedan contribuir a la economía y el futuro del país.
Organizaciones juveniles defensoras del "Dream Act" como Young People condenaron este sábado la decisión y lamentaron que miles de jóvenes con talento se hayan convertido en víctimas de intereses políticos y de una retórica "engañosa y xenófoba".
Sólo tres republicanos votaron a favor del proyecto -Robert Bennett de Utah, Lisa Murkowski de Alaska y Richard Lugar de Indiana-, que recibió el respaldo de 50 demócratas y los dos senadores independientes.
Cinco demócratas -Max Baucus de Montana, Jon Tester de Wyoming, Kay Hagan de Carolina del Norte, Ben Nelson de Nebraska y Mark Pryor de Arkansas se sumaron a los 36 republicanos que torpedearon el proyecto de ley.
El voto de hoy es el último antes de que los demócratas pierdan el control de la Cámara de Representantes y recorten su mayoría en el Senado con la inauguración del nuevo Congreso en enero.
EFE
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