Cuando los niños afrontan una enfermedad infecciosa sea por resfrío, diarrea, varicela, sarampión, entre otros, es muy normal que no quiera comer debido al malestar que sienten.
“Durante este proceso infeccioso, los requerimientos y pérdidas de nutrientes se incrementan, de allí que es necesario saber cómo alimentarlo para que afronte de la mejor manera este proceso y no afecte su desarrollo y crecimiento”, dijo Marilú Chiang, médico pediatra de la ONG Prisma.
La especialista sugiere darle al niño los alimentos que más le gusten sin restringir el consumo de frutas o verduras, optar por las comidas espesas en pequeñas cantidades en lugar de las sopas y brindarle líquidos pero sin reemplazar a los alimentos.
“Los padres o cuidadores no deben restringir los alimentos, el niño debe seguir comiendo lo más normal posible, la tarea no es fácil porque generalmente afrontan inapetencia, pero hay que darle en dosis pequeñas y de la manera agradable para invitarlo a comer”, sugirió Chiang.
Siga estas sugerencias:
• Los niños que están enfermos, necesitan comer con regularidad para evitar que sus defensas bajen y su salud empeore
• Bríndele alimentos nutritivos en pequeñas cantidades, con mayor frecuencia, pero sin forzarlo a comer
• Prefiera los alimentos que más le gustan al niño o niña y preséntelos de manera atractiva
• Después de la enfermedad los niños necesitan tomar por lo menos una comida adicional diaria durante una semana como mínimo
• Recuerda, un niño no está plenamente restablecido hasta que no alcance al menos el peso que tenía antes de iniciarse la enfermedad.
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