Especialistas de la comuna surcana, señalaron que los hongos que se transmiten por las heces de las palomas generan enfermedades a la piel y al cerebro y el pulmón
La Municipalidad de Santiago de Surco recordó a los vecinos que está prohibido dar de comer a las palomas, y a todo tipo de aves silvestres que se ubiquen en parques, vía pública y en viviendas, condicionando potencial riesgo de enfermedades zoonóticas y los infractores serán multados con 900 soles.
El alcalde Roberto Gómez Baca, señaló que la norma que sanciona este tipo de actos fue publicada el 7 de julio de 2009, considerando los problemas de salud que ocasionan la presencia de aves que muchas veces se alimentan de basura.
Especialistas del Área de Sanidad de la comuna surcana, señalaron que los hongos que se transmiten por las heces de las palomas no sólo generan enfermedades a la piel de las personas sino que también generan enfermedades al el cerebro y pulmón, sobre todo cuando las defensas están bajas.
Precisaron que el referido hongo llamado criptococo, sólo puede introducirse en el cuerpo humano por la vía respiratoria una vez que el excremento se solidifica y se convierte en polvo.
Los más afectados en estos casos son las personas que tienen las defensas comprometidas por infecciones como el VIH, o las que están recibiendo altas dosis de corticoides y quimioterapia y los adultos mayores.
El alcalde de Santiago de Surco, señaló que la erradicación de las palomas se hace muy difícil, sin embargo sostuvo que dejar de alimentarlas es una de las medidas más próximas a lograr la disminución de estas aves.
Agregó que los trabajadores de limpieza que están en contacto con las zonas donde proliferan dichas aves, refuerzan sus medidas de seguridad. “Si bien es cierto en Surco todo el personal de limpieza usa mascarillas y elementos de protección, en los parques y plazas donde hay palomas la seguridad para ellos se intensifica pues deben limpiar hasta con guantes y gorros que les sirve para protegerse del hongo criptococo.
También consideró que las personas deben comprender que la presencia de aves sin control en los espacios públicos no sólo perjudica la salud del ser humano, sino también la arquitectura monumental, la pintura de las paredes y las prendas de vestir.
“Si las iglesias quisieran tener palomas en sus plazas tendría que ser una población muy pequeña, criada bajo la asistencia de médicos veterinarios. Incluso los mismos adornos de las iglesias se deterioran por las heces de estas aves”, agregó.
Se estima que en Lima existen por lo menos 20,000 palomas que se alimentan en parques, plazas públicas y azoteas de viviendas y edificios.
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