El afamado director de cine volvió a Oviedo, la capital de Asturias, para presentar su última cinta, a la que defendió de no ser autobiográfica.
Woody Allen, capaz de convertir la neurosis en la más potente de las armas cómicas, presentó hoy en Oviedo (norte de España) su película "You Will Meet a Tall Dark Stranger", una nueva muestra de los males que emergen del bienestar en la que aparecen Naomi Watts, Antonio Banderas y Anthony Hopkins.
Pero aunque el sexo, la muerte y el psicoanálisis siempre hacen reconocible el cine del ganador del Óscar por "Annie Hall", hoy se defendió en Oviedo asegurando que en su cine no hay autobiografía.
"No tiene nada que ver con mi vida. Me encierro en una habitación y empiezo a inventar", reconoció ante los medios en la capital de Asturias, la región española donde recibió en 2002 el premio Príncipe de Asturias de las Artes y donde rodó algunas escenas de su película "Vicky Cristina Barcelona" (2008).
"You Will Meet a Tall Dark Stranger" -cuyas actrices Lucy Punch y Gemma Jones también estuvieron en Asturias- sigue inscrita en el terreno de la comedia, mientras afirma, en una entrevista con Efe, que "la vida en sí misma es muy trágica". "Hay momentos maravillosos, aunque al final no son tan buenos", prosigue.
Y, sin embargo, se le dibuja su mejor sonrisa cuando la rueda de prensa de presentación del filme se interrumpe con una llamada de su mujer, Soon-Yi, a quien le devuelve un cariñoso "luego te llamo".
Aun así, la frustración sigue siendo el nexo entre todas sus criaturas cinematográficas, quienes viven entre galerías de arte, pisos de diseño y restaurantes de postín. ¿Por qué esa visión tan negra de la realidad?.
El cineasta contribuye a forjar su fama de insatisfecho y pone pegas incluso a su fama. "The Purple Rose of Cairo", "Husbands and Wives" o "Bullets Over Broadway" son mejores películas que "Annie Hall" o "Manhattan", pero la gente recuerda esas películas y no están de acuerdo por alguna razón", se queja.
Ahora, Allen presenta la ruptura de un matrimonio de la tercera edad: él, interpretado por Hopkins, quiere aprovechar lo que le queda de vida al lado de una explosiva prostituta, mientras ella, a quien da vida Gemma Jones, se refugia en el consuelo que le da una astróloga que le asegura que, efectivamente, "conocerá al hombre de sus sueños".
Como en "Whatever Works", en esta cinta -cuyo preestreno mundial se producirá hoy en la ciudad de Avilés, cercana a Oviedo, aunque ya fue vista en el Festival de Cannes- vuelve a aparecer la diferencia de edad en el amor.
"Por alguna razón es divertido ver a un viejo que se vuelve loco por una mujer joven, y triste ver a una mujer mayor con un hombre joven, aunque sí me interesa la idea. Se han hecho grandes películas sobre eso, especialmente las basadas en obras de Tennessee Williams, pero eran muy dramáticas", reconoció.
Entre medias, también hay tiempo para mostrar la crisis de la mediana edad en el personaje de Naomi Watts, quien lidia con un matrimonio con un escritor frustrado, interpretado por Josh Brolin, y fantasea con su jefe, un atractivo galerista a quien da vida Antonio Banderas.
"Durante una época, los mejores actores internacionales fueron los italianos, como Sofia Loren y Marcello Mastroianni. Luego fueron los franceses, luego los suecos... Es el turno de los españoles y yo he trabajado con los mejores. Bardem, Penélope Cruz y Antonio Banderas. Son fáciles y brillantes", explicó.
Como siempre, cuando presenta un filme ya está casi acabando el siguiente, que ha rodado en París y que ha levantado un gran revuelo por contar con Carla Bruni entre sus actores.
"Un año es mucho tiempo y una película no cuesta más que unos meses. Otros directores como Bergman o Buñuel hacían incluso más de una en ese tiempo. Así que, si tengo el dinero, puedo seguir con este ritmo", explica.
Precisamente, es el presupuesto el que ha "forzado" este exilio en Europa, incluso cuando los estelares repartos que agrupa bajan su caché para trabajar con quien diera papeles de Óscar a Penélope Cruz, Dianne Wiest, Michael Caine, Diane Keaton y Mira Sorvino.
"Hay mucho actores con talento por ahí y no tantos personajes buenos, así que cuando leen un buen guión no piensan en el dinero", explicó.
Pero, ni siquiera entre tanta gente guapa y siendo el sexo uno de sus temas favoritos, tiene ganas de subir la temperatura a sus películas. "Enseñar sexo es fácil. Basta con poner los actores en la cama. Pero no es interesante, como sí lo son las complicaciones que surgen de él. Lo mismo me sucede con la violencia o con la muerte", asegura.
-EFE-
Pero aunque el sexo, la muerte y el psicoanálisis siempre hacen reconocible el cine del ganador del Óscar por "Annie Hall", hoy se defendió en Oviedo asegurando que en su cine no hay autobiografía.
"No tiene nada que ver con mi vida. Me encierro en una habitación y empiezo a inventar", reconoció ante los medios en la capital de Asturias, la región española donde recibió en 2002 el premio Príncipe de Asturias de las Artes y donde rodó algunas escenas de su película "Vicky Cristina Barcelona" (2008).
"You Will Meet a Tall Dark Stranger" -cuyas actrices Lucy Punch y Gemma Jones también estuvieron en Asturias- sigue inscrita en el terreno de la comedia, mientras afirma, en una entrevista con Efe, que "la vida en sí misma es muy trágica". "Hay momentos maravillosos, aunque al final no son tan buenos", prosigue.
Y, sin embargo, se le dibuja su mejor sonrisa cuando la rueda de prensa de presentación del filme se interrumpe con una llamada de su mujer, Soon-Yi, a quien le devuelve un cariñoso "luego te llamo".
Aun así, la frustración sigue siendo el nexo entre todas sus criaturas cinematográficas, quienes viven entre galerías de arte, pisos de diseño y restaurantes de postín. ¿Por qué esa visión tan negra de la realidad?.
El cineasta contribuye a forjar su fama de insatisfecho y pone pegas incluso a su fama. "The Purple Rose of Cairo", "Husbands and Wives" o "Bullets Over Broadway" son mejores películas que "Annie Hall" o "Manhattan", pero la gente recuerda esas películas y no están de acuerdo por alguna razón", se queja.
Ahora, Allen presenta la ruptura de un matrimonio de la tercera edad: él, interpretado por Hopkins, quiere aprovechar lo que le queda de vida al lado de una explosiva prostituta, mientras ella, a quien da vida Gemma Jones, se refugia en el consuelo que le da una astróloga que le asegura que, efectivamente, "conocerá al hombre de sus sueños".
Como en "Whatever Works", en esta cinta -cuyo preestreno mundial se producirá hoy en la ciudad de Avilés, cercana a Oviedo, aunque ya fue vista en el Festival de Cannes- vuelve a aparecer la diferencia de edad en el amor.
"Por alguna razón es divertido ver a un viejo que se vuelve loco por una mujer joven, y triste ver a una mujer mayor con un hombre joven, aunque sí me interesa la idea. Se han hecho grandes películas sobre eso, especialmente las basadas en obras de Tennessee Williams, pero eran muy dramáticas", reconoció.
Entre medias, también hay tiempo para mostrar la crisis de la mediana edad en el personaje de Naomi Watts, quien lidia con un matrimonio con un escritor frustrado, interpretado por Josh Brolin, y fantasea con su jefe, un atractivo galerista a quien da vida Antonio Banderas.
"Durante una época, los mejores actores internacionales fueron los italianos, como Sofia Loren y Marcello Mastroianni. Luego fueron los franceses, luego los suecos... Es el turno de los españoles y yo he trabajado con los mejores. Bardem, Penélope Cruz y Antonio Banderas. Son fáciles y brillantes", explicó.
Como siempre, cuando presenta un filme ya está casi acabando el siguiente, que ha rodado en París y que ha levantado un gran revuelo por contar con Carla Bruni entre sus actores.
"Un año es mucho tiempo y una película no cuesta más que unos meses. Otros directores como Bergman o Buñuel hacían incluso más de una en ese tiempo. Así que, si tengo el dinero, puedo seguir con este ritmo", explica.
Precisamente, es el presupuesto el que ha "forzado" este exilio en Europa, incluso cuando los estelares repartos que agrupa bajan su caché para trabajar con quien diera papeles de Óscar a Penélope Cruz, Dianne Wiest, Michael Caine, Diane Keaton y Mira Sorvino.
"Hay mucho actores con talento por ahí y no tantos personajes buenos, así que cuando leen un buen guión no piensan en el dinero", explicó.
Pero, ni siquiera entre tanta gente guapa y siendo el sexo uno de sus temas favoritos, tiene ganas de subir la temperatura a sus películas. "Enseñar sexo es fácil. Basta con poner los actores en la cama. Pero no es interesante, como sí lo son las complicaciones que surgen de él. Lo mismo me sucede con la violencia o con la muerte", asegura.
-EFE-
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