Se llama Rafaela Silva, ha conseguido el oro olímpico en judo para Brasil y es ya un símbolo de superación en el deporte que ha levantado su voz contra el racismo y la discriminación tras sufrirlo en carne propia.
La historia de Rafaela Silva, como la de millones de brasileños, comenzó en el empobrecido entorno de una favela. De ahí la rescató la acertada decisión de su padre de inscribirla en un proyecto social de judo, la disciplina que la encumbró como nueva campeona olímpica en menos de 57 kilos y dio al país anfitrión su primer oro.
Favela. El deporte transformó la vida de 'Rafa', quien quince años después de su primer contacto con el judo saboreó la gloria olímpica en un entregado Carioca Arena 2. Criada en la famosa favela Ciudad de Dios, Silva entregó a la delegación anfitriona su primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 con una solvente actuación en el Parque Olímpico de Barra.
Contra el racismo. En la conferencia que inaugura el programa 'Las Olimpiadas contra el racismo', 'Rafa' ha querido responder a todos ellos: "Quiero mostrar a los que me criticaron en Londres, los que dijeron que soy una vergüenza para mi familia y que un mono pertenece a una jaula y no a las Olimpiadas, que ese mono que se suponía debía estar en una jaula en Londres ha salido de esa jaula y ahora es una campeona olímpica aquí, en Rio de Janeiro".
Entrenamientos. Emocionada tras haber llevado su nombre a la portada de todos los medios locales, Silva confesó que había entrenado "al máximo durante todo el ciclo olímpico". "Salía de los entrenamientos llorando porque realmente deseaba esta medalla. Por suerte, trabajé lo suficiente como para conquistarla", abundó.
Campeona. Rafaela Silva no olvidó sus orígenes. "Nací en una comunidad que no me permitía plantearme muchos objetivos en la vida. Soy de Ciudad de Dios. Empecé a practicar judo por diversión y ahora soy campeona mundial y olímpica", destacó emocionada.
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