El local Hamid Rahimi venció al tanzano Said Mbelwa. ´Quería dar a los afganos la posibilidad de asistir a eventos deportivos profesionales y dejar las armas de lado´, dijo tras la pelea.
Afganistán vibró con su primer combate internacional de boxeo, un evento que hizo a los kabulíes olvidar por un día las penurias de la guerra y les dio la alegría de ver a un púgil de su país defender el título de campeón del mundo en casa.
Bajo el lema de que el deporte trae la paz, Hamid Rahimi, de peso medio y 29 años, venció el martes por la noche a su oponente, el tanzano Said Mbelwa, en un cuadrilátero ubicado en la Loya Yirga (Gran Asamblea) de la capital ante unos 2.000 espectadores.
Otros cientos de miles de afganos siguieron atentos por televisión desde sus hogares el combate, que tal vez no fue el mejor ni el más intenso de la historia del boxeo, pero sí la consecución de un sueño por el que Rahimi había luchado durante los últimos dos años.
"Quería dar a los afganos la posibilidad de asistir a eventos deportivos profesionales y dejar las armas de lado", explicó en una entrevista con Efe este púgil criado en Alemania.
"Estoy contento de haber disputado este combate en Afganistán. Es un honor para los afganos, no para mí", gritó, visiblemente exaltado, Rahimi mientras sostenía el cinturón de campeón de su rango por la Organización Mundial del Boxeo (OMB).
Una masa incontrolable trataba de entrar en el cuadrilátero para abrazar al joven atleta, que neutralizó a su contrincante con un K.O. en el séptimo asalto.
Mbelwa, lesionado en un hombro, fue incapaz de recuperarse de los puñetazos recibidos.
"Déjeme serle franco; no me importa quién se enfrente a mí en el "ring" porque soy un boxeador", afirmó Rahimi.
"¡Gané, gané y gané! -agregó- Mi rival decía que iba a noquearme en el tercer asalto, pero el destino quiso que le noqueara yo a él gracias al duro entrenamiento que hice una semana antes de la pelea".
LA HISTORIA DEL CAMPEÓN
Rahimi tenía nueve años cuando se marchó de Afganistán a Alemania en 1992, en medio de una sangrienta contienda civil en el país asiático a cargo de diferentes facciones étnicas y atizada por señores de la guerra.
A los 14 años comenzó a boxear y enseguida se apasionó por esta actividad, algo que le valió el ingreso en un reformatorio tras pelear con un compañero de clase en la escuela.
"Cuando empecé a boxear (de manera profesional) mi vida cambió y mis padres se alegraron. En estos últimos 14 años ya no he vuelto a luchar en la calle", bromeó.
"Creo que el deporte tiene poder, tiene una magia para lograr cambios. A mí me cambió", subrayó el joven afgano, que se proclamó campeón mundial de peso medio el pasado 24 de febrero tras vencer en la ciudad alemana de Hamburgo al bielorruso Ruslan Rodivich.
Rahimi explicó que le gustaría cambiar las condiciones y recursos destinados al deporte en Afganistán y dar a conocer al mundo no solo que el país tiene un montón de aficionados, sino algunos de los mejores atletas y deportistas del planeta.
En la última década, tras la caída del régimen talibán, se han registrado de hecho algunos avances, aunque pequeños, en materia deportiva, sobre todo en disciplinas como el fútbol, el críquet, el taekwondo o el kickboxing.
EFE
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