Stefano Peschiera ganó el bronce en vela en París 2024 y le dio a Perú su primera medalla olímpica en más de 30 años. Aquí recordamos su historia.
Stefano Peschiera recuerda muy bien el último deseo de su abuelo Alfonso Peschiera, quien fue una de las personas que siempre confió en su talento y el que le dio la oportunidad de aprender a navegar apenas a los cinco años. Su muerte lo impactó. Sucedió dos días antes de un campeonato sudamericano juvenil de vela en Perú. Lo que más quería era que en su querido Stefano permanezca la llama de ser un triunfador y llegue a lo más alto en el deporte que ama. Y este 2024 ese deseo se cumplió con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París.
Gracias a su destacada actuación en las desafiantes aguas de Marsella, el velerista de 29 años logró un hito importante en el deporte peruano, ya que en agosto pasado hizo posible que Perú vuelva a subirse a un podio olímpico luego de 32 años, logrando la medalla de bronce en la disciplina de vela, modalidad dinghy masculino. Eso sí, Peschiera tuvo que superar más de un obstáculo para dejar una marca indeleble en el deporte nacional.
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Nuevo enfoque para brillar en los Juegos Olímpicos
Antes de convertirse en leyenda en París 2024, Peschiera transitó por diversas etapas que en un momento lo hicieron meditar sobre su futuro en la vela. En una de las entrevistas que dio tras los Juegos Olímpicos, señaló que resolvió cambiar de chip desde hace cinco años, cuando fue el encargado de hacer flamear nuestra bandera en los Panamericanos Lima 2019. En esta cita deportiva, que fue muy especial para él, no pudo lograr la medalla de oro pese que era el gran favorito. Desde ese entonces se convenció que debía dar un giro a su carrera. De hecho, su mayor enfoque radicaría en evolucionar como deportista.
Stefano Peschiera se dedicó a participar en competencias de alto nivel y fue en Kiel, Alemania, en donde terminó en el puesto 6 de un total de 80 participantes, ubicándose así entre los 10 mejores del mundo. La competencia se desarrolló en condiciones muy difíciles de navegación, pero el crédito nacional sacó cara por el Perú. Este certamen sirvió de preparación para competir en sus segundos Juegos Olímpicos: en Río 2016 llegó con menos experiencia, pero en Tokio 2020 lo esperaba con más expectativas y pese que la fortuna no estuvo de su lado tras ocupar el puesto 25, su actuación sirvió para darle energía y seguir navegando hacia la gloria.
Su rendimiento iba en ascenso y lo demostró en los Panamericanos Santiago 2023, donde plasmó a la perfección su jerarquía en esta disciplina. Ni bien pisó tierras chilenas su objetivo era cobrarse la revancha por lo sucedido en Lima 2019. “En Santiago me sentí, inspirado. Me dije 'ustedes me hicieron la mala jugada en Lima, ni con eso me van a ganar’”, declaró Peschiera que hizo hincapié que la medalla de oro lo logró antes de la final, que es algo muy difícil de conseguir en los Panamericanos. Es ese contexto, Stefano se convenció que ya estaba listo y preparado para darle a Perú en París, la gran alegría deportiva de las últimas tres décadas.
Peschiera tocó la gloria en París 2024
Peschiera llegó a París 2024 con hambre de gloria y con una idónea preparación. Ya manejaba todas las variables para el torneo más importante de su carrera. A sus 29 años se encontraba en el pico de rendimiento y no iba a tirar por la borda esa gran oportunidad. Llegaba sabiendo que hizo un gran trabajo físico en un plan en la que no faltaron la buena alimentación, el aspecto técnico y estratégico, y el trabajo en la parte psicológica debido que, en el deporte de alta competencia, el optimismo es un arma de doble filo. En su caso, no fue así porque supo manejar el aspecto mental.
Peschiera confesó en ‘La fe del Cuto’ que el momento crucial para ganar la medalla de bronce fue una conversación con su entrenador, Luis Miguel Camino, a un día del inicio de la competencia. “Estábamos viendo a Alonso Correa en surf y de la nada me dice, que de ‘verdad sí podemos ganar medalla. Estas preparado, te he visto contra los otros y estas listo”, fueron las palabras que escuchó el velerista olímpico de parte de su también amigo. Esto fue una especie de gasolina, una inyección anímica.
Al mismo tiempo recordó que curiosamente se enteró que su padre, Pablo Peschiera, también dijo ese mismo día en familia que Stefano iba a ganar sí o sí una medalla en estos Juegos Olímpicos. Todos confiaban en él y no decepcionó.
Luego de múltiples reprogramaciones por el clima, el 7 de agosto llegó la gran final de la modalidad dinghy rama masculina de vela. El hincha de Universitario y amigo de Edison Flores salió a competir llevando consigo una fotografía de su abuelo para la buena suerte. Ese día en Marsella, llegaba con la moral al tope, pero siempre juicioso. Y como era de esperarse la competencia no sería sencilla porque de la octava posición pasó a la décima. Pero estaba escrito que iba a escribir una página gloriosa. En el pasar de la prueba, empezó a recuperarse. Todo pintaba de color rojo y blanco. Controló el viento y remontó en la clasificación para superar al irlandés Finn Lynch y de ahí fue escalando hasta que ubicarse en la tercera posición en el acumulado con 80 puntos.
No sabemos qué pasó por su cabeza en los momentos más difíciles de la competencia, pero seguramente le sirvieron las lecciones que recibió de Robert Scheidt, la leyenda brasileña de la vela. Peschiera tuvo el honor de entrenar año y medio en Italia con el cinco veces medallista olímpico, que vaticinó que el peruano ganaría una medalla para Perú en los Juegos Olímpicos. Este plus fue importante para alcanzar el podio y en Marsella se escuchó el Himno Nacional. Un sueño que arrancó muy lejos, en las playas de Ancón, junto a su abuelo Alfonso.
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