El artista austríaco Emmerich Weissenberge recreó la crucifixión de Jesucristo a manera de protesta por estas denuncias que también alcanzaron a sacerdotes en su país natal.
En Viernes Santo, Weissenberger hizo la escenificación colgado sobre la entrada principal de la Catedral de San Estevan en Viena (Austria), llamando la atención de la población y de la prensa.
Cabe precisar que el cardenal de Austria, Christoph Schoenborn, en medio del escándalo de los abusos sexuales, salió en defensa del papa Benedicto XVI, de quien dijo, quiso investigar las denuncias que pesaban sobre el cardenal Hans Hermann Groer, arzobispo de Viena, que se habrían producido en los años setenta. Sin embargo, hubo algunas trabas a las indagaciones del actual pontífice.
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