Un laboratorio estatal validado por el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades comprobó la existencia de 17 casos que hasta ahora se consideraban probables.
El número confirmado de personas que tienen el virus de la
gripe A en Nueva York asciende ya a 90, después de que hoy se comprobara la
existencia de 17 casos más en el estado, que reporta la mayor cantidad de
afectados en EE.UU.
El gobernador David Paterson confirmó hoy que un laboratorio
estatal validado por el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades
(CDC) de Estados Unidos comprobó la existencia de 17 casos que hasta ahora se
consideraban probables.
Dado que el CDC ha validado los procedimientos de ese
laboratorio para detectar el virus de la gripe A, las autoridades de Nueva York
ya no tendrán que volver a mandar a ese organismo, con sede en Atlanta
(Georgia), las muestras recogidas entre personas que se sospecha tienen la
enfermedad.
De esos 90 casos, 73 se han dado en la ciudad de Nueva York,
dijo Paterson, quien comentó que hay otros 6 posibles afectados, también en
Las autoridades sanitarias han contabilizado más de un
millar de casos con síntomas de la gripe A entre estudiantes, personal docente
y familiares relacionados con la escuela de secundaria de St. Francis.
Ese centro educativo, el primero donde se detectaron
contagios en Nueva York, reabrió este lunes sus puertas tras una semana de
cierre.
Según los datos del CDC -que no incluyen la última
actualización de Nueva York-, hay 286 casos confirmados de personas afectadas
por el virus en 36 de los 50 estados del país.
Para evitar su propagación, y pese a la alarma social que
causa, expertos de
"Tiene sentido, porque parece que es algo bueno para la
salud pública, no implica excesivo gasto o esfuerzo, y en otras ocasiones ha
ayudado", explicó en una vídeo conferencia el científico Clarence James
Peters, especializado en el estudio de virus.
Es "una precaución razonable, porque nos aleja un poco
más del virus", añadió.
Su colega Alan Barrett, del mismo centro universitario y
especializado en el desarrollo de vacunas, consideró que cualquier medida que
puedan tomar, como lavarse las manos o llevar mascarilla, puede ayudar.
"Como no sabemos realmente lo que va a funcionar en
este caso, lo razonable es hacer lo que sí sabemos que ha funcionado en el
pasado", comentó la investigadora de la gripe Joan Nichols, quien
coincidió en que los enfermos sí deben portar la mascarilla.
También estimaron oportuna la alerta generada entre la
población y vieron conveniente invertir "miles de millones de
dólares" en el desarrollo de una vacuna, aunque "tarde seis meses en
fabricarse y luego quizás no sirva para nada".
"Si este virus aparece de nuevo en otoño y lo hace de forma muy virulenta, será mucho mejor que exista una vacuna", aseveró Peters.
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