A un día de las elecciones en Bolivia y en medio de la conmoción en Colombia por el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay, analistas advierten que la región atraviesa una crisis de representatividad y estabilidad democrática, marcada por la fragmentación electoral, el desgaste de los partidos y el resurgimiento de la violencia política.”
La población de Bolivia acudirá este domingo a las urnas en medio de un proceso electoral marcado por la caída del partido de Gobierno: el Movimiento al Socialismo (MAS), mientras que Colombia está enlutada tras la muerte del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay; y el Perú atraviesa un clima de fragmentación electoral que se acentúa con el desencanto con las actuales autoridades.
En el programa Enfoque de los Sábados, diversos analistas coincidieron en que la región enfrenta una crisis profunda de representatividad y estabilidad democrática.
Santiago Bedoya, politólogo por la Universidad de Oxford y analista del Centro Wiñak, señaló; por ejemplo, que la democracia peruana arrastra debilidades estructurales.
“Es una situación bastante complicada, la verdad, porque no solamente podemos ver la historia de los últimos 40 [años], creo que para entender el desencanto peruano con la democracia tenemos que ver la historia de los últimos 100. Si nos ponemos a calcular más o menos, el historial democrático del Perú comparado en especial con países vecinos, como es el caso de Colombia, es muy pobre, es muy mediocre”, declaró.
A decir de Bedoya, no existe una cultura democrática establecida ni partidos políticos con tradición sólida. Incluso en los años 80 – mencionó – cuando se suele hablar de partidos institucionalizados, “con excepción del APRA, la mayoría no tenía más de 15 años de vida política”.
El especialista precisó que, actualmente, la atomización es mayor y se puede apreciar con la gran cantidad de agrupaciones políticas que participarán en las Elecciones Generales de 2026.
“Estamos enfrentando una situación en la que candidatos con poco más del 10% del voto proyectan su pase a segunda vuelta. Es un desencanto de gran envergadura”, advirtió.
Bolivia: elecciones bajo la sombra del fin de ciclo del MAS
Desde La Paz, Carlos Cordero Carraffa, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Católica Boliviana, señala que los comicios de su país marcarán un punto de inflexión.
“Vivimos en un contexto de crisis económica, inflación y escasez. Se ha creado la ilusión de que puede ser el fin del ciclo del MAS y el inicio de uno nuevo”, explicó.
Cordero resaltó a que, por primera vez, Bolivia podría experimentar una segunda vuelta presidencial, en un escenario donde Evo Morales ha sido inhabilitado como candidato y el presidente Luis Arce renunció a la reelección, en un contexto en que el país altiplánico atraviesa una crisis económica.
El voto nulo convocado por Morales introduce incertidumbre, aunque no altera el resultado final, estimó el especialista, quien agregó que la ciudadanía “está castigando” a un partido que llegó al poder hace dos décadas con promesas de transformación, pero terminó envuelto en “corrupción y prácticas autoritarias”.
Acotó que los candidatos Jorge Tuto Quiroga Ramírez (Libre) y Samuel Doria Medina (Alianza Unidad) lideran los sondeos porque se han ubicado en el “centro democrático”, deslindando tanto de la extrema izquierda como de la extrema derecha.
“Las dos candidaturas con más opciones de llegar a la segunda vuelta se han ubicado… con propuestas centradas en disciplina fiscal, atracción de inversiones y lucha contra la corrupción”, precisó.
Colombia: polarización, violencia y un horizonte incierto
La reciente muerte del senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, tras un atentado registrado a inicios de junio de 2025, ha golpeado profundamente a la democracia colombiana, pues ha hecho revivir heridas del pasado caracterizado por la violencia política de los años 80, señaló el politólogo Robinson Giraldo.
“Hoy la izquierda en el poder se convierte en un agitador con un discurso incendiario, polarizador, que genera desconfianza e incertidumbre. La situación tiende a desestabilizar la seguridad y el orden democrático”, apuntó.
Giraldo alertó sobre el debilitamiento del Estado colombiano en amplias zonas del territorio, la pérdida de control de las fuerzas públicas y el combustible que representa el narcotráfico en el conflicto.
Además, criticó la excesiva concentración de poder presidencial en su país.
“Nuestros sistemas políticos, altamente centralizados, generan inestabilidad. Las democracias más sólidas en el mundo suelen ser federales o parlamentarias, donde el poder está más distribuido”, añadió.
A ello se suma un panorama electoral marcado por la dispersión, pues el especialista mencionó que hay al menos 65 precandidatos presidenciales sin una figura clara de liderazgo, en el marco de las elecciones que se desarrollarán el próximo año en Colombia.
“Han surgido personalidades mediáticas más que políticos preparados, lo que debilita aún más la conducción del Estado”, concluyó.
A pesar de las delimitaciones territoriales, los tres casos mencionados muestran un punto un común: la pérdida de la confianza ciudadana en las instituciones y en los partidos políticos. Y es que, en el Perú, la atomización afecta a la gobernabilidad; en Bolivia, el desgaste de un partido ha abierto paso a un escenario inédito de segunda vuelta; y en Colombia, la violencia política y la polarización amenazan la democracia.