Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del exmandatario brasileño, señaló que hay "abuso de poder crudo para silenciar al líder de la oposición".
El senador brasileño Flávio Bolsonaro pidió este lunes que el Senado inicie un proceso de destitución contra el magistrado de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, después de que este decretara la prisión domiciliaria de su padre, el expresidente Jair Bolsonaro, por violar medidas cautelares.
Flávio afirmó en entrevista con la filial brasileña de la CNN que la resolución "no tiene ni pies ni cabeza" y dijo que era una decisión "cobarde" e "inmoral" de De Moraes, instructor del caso contra el expresidente (2019-2022) por supuestamente liderar un intento de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022.
"No tiene condiciones (de seguir siendo magistrado); está llevando a la Corte a un gran desgaste", declaró el político, quien aseguró que hay "decenas de senadores" dispuestos a apoyar el proceso y que hablará con el presidente del Senado sobre el asunto.
La familia Bolsonaro ya había pedido en otras ocasiones la destitución de De Moraes, el principal blanco de ataques de la ultraderecha, pero la medida no había recabado un apoyo significativo en la Cámara alta.
“Es una demostración de venganza”
Según el senador, decretar la prisión domiciliaria es una respuesta a la sanción impuesta la semana pasada por el Gobierno estadounidense de Donald Trump, que congeló los activos y bienes que De Moraes pudiera tener en ese país por supuestas violaciones a los derechos humanos.
"Es una demostración de venganza por las sanciones", aseguró, antes de apuntar a la posibilidad de una "reacción" de Trump a esta última decisión.
El diputado Eduardo Bolsonaro, otro hijo que está en EE.UU. desde hace varios meses para pedir sanciones contra De Moraes y que también está bajo investigación, escribió en redes sociales que se trataba de un "abuso de poder crudo para silenciar al líder de la oposición".
El magistrado decretó la prisión domiciliaria, así como la prohibición de recibir visitas no autorizadas previamente por el Supremo, tras considerar que Bolsonaro incumplió las medidas cautelares definidas anteriormente y que le prohibían usar sus redes sociales o las de terceros para transmitir mensajes.
El exmandatario participó por videollamada en una de las manifestaciones convocadas el domingo en varias ciudades brasileñas para protestar contra el juicio por golpismo.
Además, mensajes de Bolsonaro fueron leídos en otras marchas, en las que defendieron la aprobación de una amnistía a todos los acusados de golpismo y manifestaron apoyo a las sanciones impuestas por Trump.
El expresidente se enfrenta a una pena de más de 40 años de prisión por esta causa judicial, que está previsto que concluya antes de terminar el año.