El proceso contra Bolsonaro tramita en la Primera Sala del Supremo y viene motivado por una denuncia de la Fiscalía, que halló indicios de que el exmandatario fue "el principal articulador" de una trama para impedir la investidura de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
El presidente de la Corte Suprema de Brasil, Luís Roberto Barroso, garantizó este viernes un juicio "imparcial" y "sin ningún tipo de interferencia, venga de donde venga", a los procesados por intento de golpe, entre ellos el expresidente Jair Bolsonaro.
"Todos los acusados serán juzgados con base en las pruebas producidas, sin ningún tipo de interferencia, venga de donde venga", afirmó el jefe del alto tribunal al pronunciar un discurso tras la vuelta del receso judicial.
Barroso defendió de forma enfática la "imparcialidad" y la "independencia" del Supremo, tras las sanciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos en represalia por el proceso que afronta Bolsonaro, acusado de liderar un complot golpista para mantenerse en el poder, tras perder las elecciones de 2022.
La administración del presidente Donald Trump ve una motivación "política" en la causa y, con base en ello, revocó, el 18 de julio, el visado a ocho de los once magistrados de la corte brasileña y el miércoles pasado encuadró a Alexandre De Moraes, instructor de los casos contra Bolsonaro, en la Ley Magnitsky.
Esa ley autoriza al Gobierno de EE.UU. a sancionar a ciudadanos extranjeros implicados en actos de corrupción o violaciones a los derechos humanos. A efectos prácticos, a De Moraes se le congelan sus posibles bienes y propiedades en suelos estadounidenses.
Barroso hizo una defensa encendida de la actuación de De Moraes, a quien reconoció su "empeño, valentía y altos costos personales" al conducir las investigaciones y procesados relacionados con la intentona golpista.
"No todos comprenden los riesgos que corrió el país y la importancia de una actuación firme y rigurosa, pero siempre dentro del debido proceso legal", elogió el presidente de la máxima instancia judicial del país.
El proceso contra Bolsonaro tramita en la Primera Sala del Supremo y viene motivado por una denuncia de la Fiscalía, que halló indicios de que el exmandatario fue "el principal articulador" de una trama para impedir la investidura de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
El juicio oral se espera que se celebre entre septiembre y octubre. Bolsonaro se enfrenta a una posible pena de entre 12 a 40 años de prisión.
Barroso aseguró que el proceso se desarrolla con "transparencia" por medio de "sesiones públicas, acompañadas por los abogados de los acusados, la prensa y la sociedad".