Los procesos electorales en Filipinas se caracterizan por estos episodios violentos en los que los candidatos solucionan a tiros sus disputas políticas.
Al menos cinco personas murieron y un número indeterminado resultaron heridas en varios ataques previos a la apertura de los colegios electorales en Filipinas, los primeros actos de violencia que suelen coincidir con la llamada a las urnas en el país y a pesar del despliegue de seguridad.
En el suceso más grave ocurrido antes del amanecer, tres aliados de un candidato a alcalde fallecieron y otros diez fueron heridos por disparos de la Policía en la provincia meridional de Zamboanga Sibugay, según la Policía.
Un portavoz del Ejército señaló que los agentes irrumpieron en el domicilio del aspirante para desarmar a su milicia privada e impedir que ésta pudiera intimidar a los votantes durante la votación.
También de madrugada, el seguidor de un candidato a vicegobernador de la cercana provincia de Cotabato del Norte fue asesinado a tiros mientras viajaba a su casa en una motocicleta.
Su acompañante resultó herido de gravedad y al parecer los asaltantes eran sicarios del aspirante rival, indicaron fuentes policiales.
Poco después, otra persona murió y varias fueron heridas después de un choque armado entre los simpatizantes de dos aspirantes a una alcaldía en la provincia de Palawan.
Las dos víctimas mortales elevaron a 34 la cifra de fallecidos desde que el pasado enero arrancó oficialmente la campaña para los, según datos policiales.
Un cuarto millón de miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados por todo el archipiélago para frenar la violencia y acabar con los ejércitos de mercenarios a sueldo de los caciques locales que acosan a los electores.
Los procesos electorales en Filipinas se caracterizan por estos episodios violentos en los que los candidatos solucionan a tiros sus disputas políticas, sobre todo en las provincias pobres y remotas.
Unas 130 personas murieron en las elecciones de 2007 y más de 200 perdieron la vida en las de 2004.
EFE
En el suceso más grave ocurrido antes del amanecer, tres aliados de un candidato a alcalde fallecieron y otros diez fueron heridos por disparos de la Policía en la provincia meridional de Zamboanga Sibugay, según la Policía.
Un portavoz del Ejército señaló que los agentes irrumpieron en el domicilio del aspirante para desarmar a su milicia privada e impedir que ésta pudiera intimidar a los votantes durante la votación.
También de madrugada, el seguidor de un candidato a vicegobernador de la cercana provincia de Cotabato del Norte fue asesinado a tiros mientras viajaba a su casa en una motocicleta.
Su acompañante resultó herido de gravedad y al parecer los asaltantes eran sicarios del aspirante rival, indicaron fuentes policiales.
Poco después, otra persona murió y varias fueron heridas después de un choque armado entre los simpatizantes de dos aspirantes a una alcaldía en la provincia de Palawan.
Las dos víctimas mortales elevaron a 34 la cifra de fallecidos desde que el pasado enero arrancó oficialmente la campaña para los, según datos policiales.
Un cuarto millón de miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados por todo el archipiélago para frenar la violencia y acabar con los ejércitos de mercenarios a sueldo de los caciques locales que acosan a los electores.
Los procesos electorales en Filipinas se caracterizan por estos episodios violentos en los que los candidatos solucionan a tiros sus disputas políticas, sobre todo en las provincias pobres y remotas.
Unas 130 personas murieron en las elecciones de 2007 y más de 200 perdieron la vida en las de 2004.
EFE
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