Ni la lluvia impidió para que estas jovencitas de bajos recursos vean cumplir su sueño de toda la vida, celebrarles sus 15 años a todo dar.
Casi cuatrocientas quinceañeras mexicanas de bajos recursos cumplieron anoche bajo una lluvia torrencial el sueño de poder festejar la tradicional puesta de largo que se celebra a su edad con un vals, un enorme pastel y regalos.
Esta celebración tradicional, iniciada en el siglo XIX para las jovencitas de la alta sociedad, se realiza actualmente en casi todas las clases sociales, pero todavía son muchas las familias que no pueden permitírsela por los altos costes que representa.
A menudo se recurre a padrinos que patrocinan el coste de los diversos elementos: el vestido, el pastel y la sala de fiestas, entre otros. La homenajeadas son agasajadas con regalos, además.
Desde hace tres años, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ejerce como padrino en un festejo colectivo en las calles de la capital para las chicas que se encuentren en esta situación y no quieran renunciar a su gran día.
Victoria Martínez Gómez cumplió en enero pasado sus quince "primaveras" pero sus padres no pudieron hacerle una fiesta por no tener una buena situación económica, lo que no ha impedido que hoy haya disfrutado de su fiesta, aunque con abundante lluvia.
"No tengo palabras para expresar mi alegría, pues muchas no pueden tener sus Quince Años y yo sí pude (..), no iba a tener fiesta y ahora soy muy feliz", dijo a Efe previo a la celebración masiva, que comenzó con una gran foto de familia en el representativo monumento del Ángel de la Independencia, emblema de la metrópoli, junto a otras 382 jóvenes.
Victoria lució su primer vestido de fiesta color azul cielo, zapatillas y un peinado elegante. Dijo sentirse muy bonita, pero la fecha también le provocó "tristeza y alegría" pues "tarde o temprano tenía que acabar mi niñez y convertirme ahora en una señorita".
La fiesta colectiva se celebró en un templete al aire libre junto al Ángel, ubicado en el neurálgico Paseo de la Reforma, con la presencia del alcalde Marcelo Ebrard, así como la de familiares e invitados de las muchachas.
Pese a que el chaparrón amenazó con fastidiar el evento, las jóvenes decidieron seguir adelante para "cumplir su sueño", como lo refirió otra de ellas, Andrea, sin importarles la acerada descarga de las nubes.
Las casi cuatrocientas damas bajo la lluvia se tomaron la foto del recuerdo, junto al padrino de lujo, Ebrard, los periodistas, los comerciantes que contribuyeron al festejo y sus allegados.
Luego bailaron un vals mexicano acompañados por 30 chambelanes -muchachos que las escoltan en tan señalado momento- y cantaron una canción a favor de la defensa de los derechos de los jóvenes.
La celebración fue llevada a otro lugar techado para continuar con otro de los ritos obligados, partir el gigantesco pastel de cinco pisos.
La ciclópea y majestuosa tarta, preparada para quinientos, estaba hecha de dulce con relleno de nuez y tres leches, y decorada con motivos patrióticos tricolores. En lo alto, una réplica del dorado Ángel de la Independencia del que la ciudad se enorgullece.
En la fiesta, organizada por el Instituto de la Juventud, tomaron parte un diez por ciento más de quinceañeras que el año pasado.
En el acto, el alcalde las nombró asimismo como Quinceañeras del Bicentenario, debido a que este 2010 se celebran los dos siglos de la Independencia de México, lo que se celebra en todo el país con un festejos variados a lo largo del año.
Ebrard les entregó también un arreglo floral con detalles tricolores como parte de los obsequios del Gobierno capitalino.
Las festejadas pudieron además exhibir su alegría con un recorrido por las principales calles del Centro Histórico de la urbe, ante la mirada de sus amigos, familiares y periodistas y la protección de diez mil policías.
EFE
Esta celebración tradicional, iniciada en el siglo XIX para las jovencitas de la alta sociedad, se realiza actualmente en casi todas las clases sociales, pero todavía son muchas las familias que no pueden permitírsela por los altos costes que representa.
A menudo se recurre a padrinos que patrocinan el coste de los diversos elementos: el vestido, el pastel y la sala de fiestas, entre otros. La homenajeadas son agasajadas con regalos, además.
Desde hace tres años, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) ejerce como padrino en un festejo colectivo en las calles de la capital para las chicas que se encuentren en esta situación y no quieran renunciar a su gran día.
Victoria Martínez Gómez cumplió en enero pasado sus quince "primaveras" pero sus padres no pudieron hacerle una fiesta por no tener una buena situación económica, lo que no ha impedido que hoy haya disfrutado de su fiesta, aunque con abundante lluvia.
"No tengo palabras para expresar mi alegría, pues muchas no pueden tener sus Quince Años y yo sí pude (..), no iba a tener fiesta y ahora soy muy feliz", dijo a Efe previo a la celebración masiva, que comenzó con una gran foto de familia en el representativo monumento del Ángel de la Independencia, emblema de la metrópoli, junto a otras 382 jóvenes.
Victoria lució su primer vestido de fiesta color azul cielo, zapatillas y un peinado elegante. Dijo sentirse muy bonita, pero la fecha también le provocó "tristeza y alegría" pues "tarde o temprano tenía que acabar mi niñez y convertirme ahora en una señorita".
La fiesta colectiva se celebró en un templete al aire libre junto al Ángel, ubicado en el neurálgico Paseo de la Reforma, con la presencia del alcalde Marcelo Ebrard, así como la de familiares e invitados de las muchachas.
Pese a que el chaparrón amenazó con fastidiar el evento, las jóvenes decidieron seguir adelante para "cumplir su sueño", como lo refirió otra de ellas, Andrea, sin importarles la acerada descarga de las nubes.
Las casi cuatrocientas damas bajo la lluvia se tomaron la foto del recuerdo, junto al padrino de lujo, Ebrard, los periodistas, los comerciantes que contribuyeron al festejo y sus allegados.
Luego bailaron un vals mexicano acompañados por 30 chambelanes -muchachos que las escoltan en tan señalado momento- y cantaron una canción a favor de la defensa de los derechos de los jóvenes.
La celebración fue llevada a otro lugar techado para continuar con otro de los ritos obligados, partir el gigantesco pastel de cinco pisos.
La ciclópea y majestuosa tarta, preparada para quinientos, estaba hecha de dulce con relleno de nuez y tres leches, y decorada con motivos patrióticos tricolores. En lo alto, una réplica del dorado Ángel de la Independencia del que la ciudad se enorgullece.
En la fiesta, organizada por el Instituto de la Juventud, tomaron parte un diez por ciento más de quinceañeras que el año pasado.
En el acto, el alcalde las nombró asimismo como Quinceañeras del Bicentenario, debido a que este 2010 se celebran los dos siglos de la Independencia de México, lo que se celebra en todo el país con un festejos variados a lo largo del año.
Ebrard les entregó también un arreglo floral con detalles tricolores como parte de los obsequios del Gobierno capitalino.
Las festejadas pudieron además exhibir su alegría con un recorrido por las principales calles del Centro Histórico de la urbe, ante la mirada de sus amigos, familiares y periodistas y la protección de diez mil policías.
EFE
Comparte esta noticia