Charles Darnell y Jaren Hare fueron hallados culpables de los cargos de asesinato en tercer grado. Ellos tenían de mascota al reptil, que se escapó y mató a la menor.
Una pareja de estadounidenses fue declarada hoy culpable de la muerte de la hija de uno de ellos que falleció estrangulada por una pitón que tenían de mascota y que se escapó de su tanque en la residencia de los acusados en el centro del estado de Florida.
Charles Darnell, de 34 años, y su novia Jaren Hare, de 21, fueron hallados culpables de los cargos de asesinato en tercer grado, homicidio sin premeditación y negligencia infantil, según el veredicto emitido por un jurado en un tribunal de Orlando.
La niña de dos años, llamada Shaiunna e hija de Hare, murió el 1 de julio de 2009 cuando la pitón birmana de 3,6 metros de largo se escapó de su tanque, que no estaba cerrado, y la mató por estrangulamiento cuando la menor dormía.
Los fiscales estatales dijeron en los argumentos de cierre del juicio que la pareja, que podría ser condenada a hasta 35 años de cárcel, falló en cuidar a la niña y supervisarla en momentos en que mantenían a una peligrosa culebra en la residencia donde vivían.
Rhiannon Arnold, abogada de Darnell, arguyó que el acusado no tenía manera de saber que la pitón podría "hacer algo como esto" en referencia a la muerte de la niña y aseguró que el reptil, llamado ‘Gypsy’, siempre fue dócil.
Por su parte, Ismael Solis, defensor de Hare, reiteró que su cliente era una amante de los animales y que vivirá el resto de sus días con el dolor de que la pitón estranguló a su hija.
Un informe policial del caso indicó que el día anterior al incidente, Darnell había metido a la culebra en un saco para evitar que se escapara y la colocó en el interior del tanque que quedó abierto.
A la mañana siguiente, Darnell halló a la pitón enroscada alrededor de la menor en la cama y rápidamente comenzó a apuñalar a la culebra hasta que logró separarla y llamar a urgencias.
Los médicos intentaron reanimar a la niña, que mostraba señales de mordiscos, pero no pudieron salvarla finalmente.
Un año después del episodio, el entonces gobernador de Florida, Charlie Crist, firmó una ley que prohíbe la adquisición de pitones birmanas y otros reptiles como mascotas.
-EFE-
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