Mujeres de Sudamérica y de Europa del Este eran obligadas a prostituirse y consumir estupefacientes.
La Policía Nacional española ha desarticulado dos redes de explotación sexual gracias a las denuncias de algunas de las más de mil mujeres que eran obligadas a prostituirse, consumir sustancias estupefacientes y distribuirlas entre sus clientes.
En una de las redes, asentada en las ciudades españolas de Málaga, Torremolinos y Córdoba (sur), las mujeres tenían jornadas de trabajo superiores a las doce horas diarias durante al menos seis días a la semana, según informaron fuentes policiales.
En la otra, las víctimas de la red, procedentes de Sudamérica y el este de Europa, debían permanecer en las casas de alterne, ubicadas en Almería (sur) las 24 horas del día y sólo podían salir a la calle durante dos horas y con autorización previa.
Entre ambas operaciones han sido detenidas cincuenta personas, a quienes se imputan delitos relativos a la prostitución y contra la salud pública, ya que ambas redes distribuían sustancias estupefacientes entre sus clientes e, incluso, obligaban a las mujeres a consumirlas.
En el grupo desarticulado en Málaga, Torremolinos y Córdoba se ha detenido a 38 personas que actuaban en tres clubes, entre ellos todos los responsables de la organización, el dueño de los locales, los encargados, los porteros y las llamadas "mamis", encargadas de controlar a las mujeres.
Las mujeres eran obligadas a rotar entre los mismos por periodos de 21 días y debían atenerse a estrictas normas en cuanto a vestimenta, horario de trabajo -con jornadas superiores a doce horas diarias durante al menos 6 días a la semana- y un pormenorizado control del precio, duración y número de servicios sexuales.
Paralelamente, la red había articulado una estructura de tráfico de drogas para abastecer de estupefacientes a los locales.
En la operación se detuvo a tres proveedores de droga y se intervinieron numerosas dosis de cocaína y heroína preparadas para la venta, instrumentos de pesaje y dinero en efectivo.
En la segunda red desmantelada se ha detenido a doce personas dedicadas a la explotación sexual de mujeres y se ha intervenido más de 4.000 euros (unos 5.800 dólares), siete gramos de cocaína, ordenadores y diversa documentación.
Las mujeres debían pagar 20 euros por el uso de una cama litera que era compartida con otras diez chicas y únicamente percibían la mitad del importe que cobraban por los servicios.
El resto era para los encargados, quienes también las amenazaban para que se sometieran a la voluntad de sus clientes. EFE
En una de las redes, asentada en las ciudades españolas de Málaga, Torremolinos y Córdoba (sur), las mujeres tenían jornadas de trabajo superiores a las doce horas diarias durante al menos seis días a la semana, según informaron fuentes policiales.
En la otra, las víctimas de la red, procedentes de Sudamérica y el este de Europa, debían permanecer en las casas de alterne, ubicadas en Almería (sur) las 24 horas del día y sólo podían salir a la calle durante dos horas y con autorización previa.
Entre ambas operaciones han sido detenidas cincuenta personas, a quienes se imputan delitos relativos a la prostitución y contra la salud pública, ya que ambas redes distribuían sustancias estupefacientes entre sus clientes e, incluso, obligaban a las mujeres a consumirlas.
En el grupo desarticulado en Málaga, Torremolinos y Córdoba se ha detenido a 38 personas que actuaban en tres clubes, entre ellos todos los responsables de la organización, el dueño de los locales, los encargados, los porteros y las llamadas "mamis", encargadas de controlar a las mujeres.
Las mujeres eran obligadas a rotar entre los mismos por periodos de 21 días y debían atenerse a estrictas normas en cuanto a vestimenta, horario de trabajo -con jornadas superiores a doce horas diarias durante al menos 6 días a la semana- y un pormenorizado control del precio, duración y número de servicios sexuales.
Paralelamente, la red había articulado una estructura de tráfico de drogas para abastecer de estupefacientes a los locales.
En la operación se detuvo a tres proveedores de droga y se intervinieron numerosas dosis de cocaína y heroína preparadas para la venta, instrumentos de pesaje y dinero en efectivo.
En la segunda red desmantelada se ha detenido a doce personas dedicadas a la explotación sexual de mujeres y se ha intervenido más de 4.000 euros (unos 5.800 dólares), siete gramos de cocaína, ordenadores y diversa documentación.
Las mujeres debían pagar 20 euros por el uso de una cama litera que era compartida con otras diez chicas y únicamente percibían la mitad del importe que cobraban por los servicios.
El resto era para los encargados, quienes también las amenazaban para que se sometieran a la voluntad de sus clientes. EFE
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