El punto central de la polémica es la obligación de contratar seguro médico. "La legislación sobre Sanidad es un asalto contra la Constitución", afirma el fiscal de Carolina del Sur.
Los fiscales generales de al menos 12 estados de Estados Unidos han anunciado que preparan denuncias ante el Tribunal Supremo contra la constitucionalidad de la reforma del sistema de sanidad aprobada el pasado fin de semana por la Cámara de Representantes.
"La legislación sobre sanidad que el Congreso aprobó el domingo es un asalto contra la Constitución", sostuvo el fiscal general de Carolina del Sur, Henry McMaster. "El desafío legal por parte de los estados parece ser la única esperanza para proteger al pueblo estadounidense de este ataque, sin precedentes, contra nuestro sistema de Gobierno", apuntó.
Por su lado, el fiscal general de Virginia, Ken Cuccinelli, informó que presentará una querella a nombre de su estado en desafío de lo que calificó como "un exceso inconstitucional" de la legislación de sanidad.
"Virginia está en una situación única que le permite presentar una querella tal, dado que es el único estado que, hasta ahora, ha aprobado una ley que protege a sus ciudadanos del mandato, impuesto por el Gobierno, para que contraten seguro médico", señaló.
La reforma amplía la cobertura médica a 32 millones de estadounidenses para 2019, pretende reducir los costos del cuidado de salud, e impone más exigencias a las aseguradoras.
Tras la promulgación del proyecto de ley, el Senado debatirá durante 20 horas el paquete de enmiendas con la idea de votarlo antes del receso de dos semanas por Pascua que comienza el viernes.
Una vez finalice el proceso parlamentario y Obama promulgue los cambios, la reforma sanitaria se pondrá en marcha, aunque no todos los puntos serán de aplicación inmediata.
La prohibición de que las aseguradoras puedan rechazar la cobertura de personas con enfermedades previas, por ejemplo, tardará en aplicarse seis meses, en tanto que la obligación de que algunas empresas ofrezcan cobertura a sus empleados no entrará en vigor hasta el 2014.
La reforma tendrá un costo de 940.000 millones de dólares en una década, pero reducirá el déficit federal en unos 138.000 millones de dólares en ese mismo período, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Cabe precisar que nueve millones de latinos se beneficiarán de esta reforma, que prohíbe que las aseguradoras nieguen cobertura a quienes se enfermen o padezcan de condiciones médicas preexistentes.
Según la Casa Blanca, el presidente Barack Obama firmará este martes la reforma sanitaria, aunque el proceso legislativo no quedará completado hasta que el Senado apruebe el paquete de modificaciones finales al proyecto de ley, lo que podría ocurrir esta misma semana.
Tras la promulgación, Obama tiene previsto iniciar una campaña de concienciación en el país para 'vender' la reforma a la opinión pública, de cara a los comicios legislativos de noviembre próximo.
-EFE-
"La legislación sobre sanidad que el Congreso aprobó el domingo es un asalto contra la Constitución", sostuvo el fiscal general de Carolina del Sur, Henry McMaster. "El desafío legal por parte de los estados parece ser la única esperanza para proteger al pueblo estadounidense de este ataque, sin precedentes, contra nuestro sistema de Gobierno", apuntó.
Por su lado, el fiscal general de Virginia, Ken Cuccinelli, informó que presentará una querella a nombre de su estado en desafío de lo que calificó como "un exceso inconstitucional" de la legislación de sanidad.
"Virginia está en una situación única que le permite presentar una querella tal, dado que es el único estado que, hasta ahora, ha aprobado una ley que protege a sus ciudadanos del mandato, impuesto por el Gobierno, para que contraten seguro médico", señaló.
La reforma amplía la cobertura médica a 32 millones de estadounidenses para 2019, pretende reducir los costos del cuidado de salud, e impone más exigencias a las aseguradoras.
Tras la promulgación del proyecto de ley, el Senado debatirá durante 20 horas el paquete de enmiendas con la idea de votarlo antes del receso de dos semanas por Pascua que comienza el viernes.
Una vez finalice el proceso parlamentario y Obama promulgue los cambios, la reforma sanitaria se pondrá en marcha, aunque no todos los puntos serán de aplicación inmediata.
La prohibición de que las aseguradoras puedan rechazar la cobertura de personas con enfermedades previas, por ejemplo, tardará en aplicarse seis meses, en tanto que la obligación de que algunas empresas ofrezcan cobertura a sus empleados no entrará en vigor hasta el 2014.
La reforma tendrá un costo de 940.000 millones de dólares en una década, pero reducirá el déficit federal en unos 138.000 millones de dólares en ese mismo período, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Cabe precisar que nueve millones de latinos se beneficiarán de esta reforma, que prohíbe que las aseguradoras nieguen cobertura a quienes se enfermen o padezcan de condiciones médicas preexistentes.
Según la Casa Blanca, el presidente Barack Obama firmará este martes la reforma sanitaria, aunque el proceso legislativo no quedará completado hasta que el Senado apruebe el paquete de modificaciones finales al proyecto de ley, lo que podría ocurrir esta misma semana.
Tras la promulgación, Obama tiene previsto iniciar una campaña de concienciación en el país para 'vender' la reforma a la opinión pública, de cara a los comicios legislativos de noviembre próximo.
-EFE-
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