El acuerdo suscrito entre los dos Gobiernos no da a conocer los nombres de estos prisioneros, pero dice que todos ellos están cumpliendo penas de cárcel en Rusia.
Estados Unidos llegó a un acuerdo con Moscú para canjear los supuestos espías rusos por cuatro personas que permanecen encarceladas en Rusia por haber trabajado aparentemente para agencias de inteligencia occidentales.
Así consta en una carta que el Departamento de Justicia envió a la jueza de Nueva York Kimba M. Wood, encargada del caso de las diez personas que fueron detenidas hace dos semanas en suelo estadounidense, y que hoy se declararon culpables de espiar para Rusia.
Tras recibir su declaración de culpabilidad, el Departamento de Justicia ordenó la "deportación inmediata" de los diez acusados. La fiscalía dijo en Nueva York que las autoridades quieren proceder a la expulsión "en 72 horas".
El acuerdo que han suscrito los dos Gobiernos parte de la declaración de culpabilidad de los detenidos. Una vez cumplido este requisito, dice el Departamento de Justicia, Rusia se compromete a liberar a cuatro "prisioneros rusos".
La carta no da a conocer los nombres de estos prisioneros, pero dice que todos ellos están cumpliendo penas de cárcel en Rusia.
Tres fueron acusados de "traición", al haber trabajado como espías para potencias extranjeras, y algunos se encuentran en un estado de salud muy delicado, dice el Departamento de Justicia.
También asegura que algunos de los encarcelados fueron militares rusos o que trabajaban para el Gobierno de Rusia o de la antigua Unión Soviética.
Ahora, estos prisioneros quedarán libres y podrán salir del país con sus familias.
El contenido de este acuerdo se dio a conocer coincidiendo con la comparecencia de los diez acusados de ser espías rusos ante la jueza federal Kimba M. Wood, del Distrito Sur de Nueva York.
En la vista, cada uno de los diez detenidos se declaró culpable del cargo de conspiración, al haber trabajado como agentes para un Gobierno extranjero dentro de los Estados Unidos sin haberlo notificado oficialmente.
La vista sirvió para conocer los verdaderos nombres de los acusados, algunos de los cuales se habían hecho pasar por ciudadanos estadounidenses, cuando en verdad eran ciudadanos rusos que trabajaban para Moscú.
Así, los conocidos como "Richard Murphy" y "Cynthia Murphy" dijeron que sus verdaderos nombres eran Vladimir Guryev y Lydia Guryev.
"Michael Zottoli" y "Patrica Mills" resultaron ser Mikhail Kutsik y Natalia Pereverzeva, en tanto que "Donald Howard Heathfield" y "Tracey Lee Ann Foley" son, en realidad Andrey Bezrukov y Elena Vavilova.
"Juan Lázaro", que se hacía pasar por uruguayo, reconoció hoy, como ya había declarado hace unos días, que su verdadero nombre era Mikhail Anatonoljevich Vasenkov, también un agente ruso.
Solo tres personas no tenían nombres encubiertos. Se trata de la periodista peruana Vicky Peláez, esposa de "Juan Lázaro", así como Anna Chapman y Mikhail Semenko, estos dos últimos también de ciudadanía rusa.
Estos tres también reconocieron ser agentes que trabajaban para la Federación Rusia, incluida Peláez, que hasta ahora lo había negado.
"Este es un caso extraordinario, que se ha desarrollado durante años de trabajo de los investigadores, los abogados de las agencias de inteligencia, y de los fiscales", dijo hoy el fiscal general, Eric Holder.
"El acuerdo que hemos alcanzado hoy nos permite resolver el caso de una manera satisfactoria para los Estados Unidos y sus intereses", añadió.
En la misma línea se manifestó el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, quien indicó hoy que EE.UU. "no habría obtenido ningún beneficio significativo en materia de seguridad nacional por la encarcelación en Estados Unidos de estos diez agentes ilegales".
Más bien "Estados Unidos ha aprovechado la oportunidad que se ha presentado para asegurar la liberación de los cuatro individuos que cumplen pena de cárcel en Rusia, varios de los cuales sufren un delicado estado de salud".
EFE
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