El Pentágono no reveló la localidad alemana exacta donde se buscan los restos, pero explicó que tras la Segunda Guerra Mundial la ubicación quedó en la Alemania Oriental controlada por los soviéticos, lo que complicó el acceso de los estadounidenses.
Estados Unidos busca en el noreste de Alemania los restos de diez militares que iban a bordo de un bombardero derribado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, informó este jueves el Pentágono.
El avión, un bombardero B-24, fue atacado el 8 de abril de 1944 mientras regresaba de una operación en la que participaron unas 200 aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para bombardear tres fábricas alemanas.
La tripulación del vuelo estaba formada por diez militares, entre oficiales y sargentos, que habrían fallecido por el derribo de la aeronave.
"Llevar a casa los restos de los desaparecidos en combate es el deber sagrado de Estados Unidos", dijo el capitán Jordan Smith, líder de un equipo de 25 personas que se encargan de las tareas de búsqueda, recoge el Departamento de Defensa en un comunicado.
El Pentágono no reveló la localidad alemana exacta donde se buscan los restos, pero explicó que tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la ubicación quedó en la Alemania Oriental controlada por los soviéticos, lo que complicó el acceso de los estadounidenses.
Entre los objetos recuperados por ahora hay uniformes, paracaídas, chalecos salvavidas, monedas, relojes, armas, placas de identificación y las hélices del avión.
La búsqueda de los restos
Las tareas de búsqueda comenzaron el pasado 1 de agosto en los terrenos de una granja donde se estrelló el avión, un lugar detectado gracias a un magnetómetro, que mide los cambios del campo magnético de la Tierra.
Hasta el momento se ha excavado un hoyo de unos dos metros de profundidad, pero los investigadores creen que se necesitará bajar hasta los siete metros para encontrar el morro del avión.
Entre los objetos recuperados por ahora hay uniformes, paracaídas, chalecos salvavidas, monedas, relojes, armas, placas de identificación y las hélices del avión.
Los excavadores deben retirar la tierra con extremo cuidado ya que todavía hay municiones y explosivos en el subsuelo.
Una vez hallados, los restos de los militares serán transportados desde la base estadounidense de Ramstein, en Alemania, hasta la Base de la Fuerza Aérea de Offutt, en Nebraska (EE.UU.), donde el Ejército estadounidense cuenta con un laboratorio forense.
La DPAA, agencia del Departamento de Defensa, se encarga de buscar los militares estadounidenses desaparecidos en combate, que se calcula son más de 81.000 en 45 países. (EFE)
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