El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, general James Jones, dijo que el jefe de Al Qaeda, Osama podría estar escondido entre la frontera de Afganistán y Pakistán.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, destacó la importancia de "capturar o matar" al cabecilla de Al Qaeda, Osama bin Laden, pero aseguró que la nueva estrategia militar en Afganistán puede progresar si eso no se cumple.
"Verdaderamente creo que es importante capturar o matar a Osama bin Laden" y a otros terroristas, "pero por supuesto se puede tener un progreso enorme si eso no se logra", afirmó Clinton.
Clinton, y el secretario de Defensa, Robert Gates, explicaron la nueva estrategia militar en Afganistán delineada por el presidente Barack Obama el martes pasado.
La nueva estrategia, enfocada a promover la estabilidad de Afganistán y desarticular las redes terroristas que operan entre Afganistán y Pakistán, incluye el envío adicional de 30.000 soldados.
La estrategia ha sido recibida con escepticismo dentro y fuera del Congreso, en particular el plazo de 18 meses previsto para comenzar a sacar las tropas de Estados Unidos del país centro-asiático.
La mayoría de los republicanos, en general, apoya el envío de soldados pero objeta enérgicamente que Obama haya fijado julio de 2011 como la fecha para el inicio de la retirada de las tropas.
Tanto Clinton como Gates insistieron en reiteradas ocasiones que esa fecha no es arbitraria ni es inamovible sino que dependerá de las condiciones sobre el terreno.
En ese sentido, Gates dijo a la NBC que los estadounidenses deben prepararse para una presencia militar significativa en Afganistán durante un espacio de "dos, tres, cuatro años".
Clinton, por su parte, enfatizó que "no se trata de una estrategia de salida ni una fecha fija absoluta", sino de un proceso de evaluación que empezará en enero de 2011 sobre cuándo podría comenzar la transición de las tareas de seguridad a las fuerzas afganas.
El Gobierno de EE.UU. ha responsabilizado a Al Qaeda por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y las autoridades han ofrecido una recompensa de unos 50 millones de dólares por la cabeza de Bin Laden, que podría haber huido a Pakistán.
Aunque las autoridades buscan revertir el empuje de los talibanes en Afganistán, Al Qaeda es el principal blanco de las autoridades militares en ese país y en Pakistán.
Se calcula que unos 500 hombres de Al Qaeda operan en la frontera entre Afganistán y Pakistán, de los cuales alrededor de un centenar se encuentra en territorio afgano.
"Verdaderamente creo que es importante capturar o matar a Osama bin Laden" y a otros terroristas, "pero por supuesto se puede tener un progreso enorme si eso no se logra", afirmó Clinton.
Clinton, y el secretario de Defensa, Robert Gates, explicaron la nueva estrategia militar en Afganistán delineada por el presidente Barack Obama el martes pasado.
La nueva estrategia, enfocada a promover la estabilidad de Afganistán y desarticular las redes terroristas que operan entre Afganistán y Pakistán, incluye el envío adicional de 30.000 soldados.
La estrategia ha sido recibida con escepticismo dentro y fuera del Congreso, en particular el plazo de 18 meses previsto para comenzar a sacar las tropas de Estados Unidos del país centro-asiático.
La mayoría de los republicanos, en general, apoya el envío de soldados pero objeta enérgicamente que Obama haya fijado julio de 2011 como la fecha para el inicio de la retirada de las tropas.
Tanto Clinton como Gates insistieron en reiteradas ocasiones que esa fecha no es arbitraria ni es inamovible sino que dependerá de las condiciones sobre el terreno.
En ese sentido, Gates dijo a la NBC que los estadounidenses deben prepararse para una presencia militar significativa en Afganistán durante un espacio de "dos, tres, cuatro años".
Clinton, por su parte, enfatizó que "no se trata de una estrategia de salida ni una fecha fija absoluta", sino de un proceso de evaluación que empezará en enero de 2011 sobre cuándo podría comenzar la transición de las tareas de seguridad a las fuerzas afganas.
El Gobierno de EE.UU. ha responsabilizado a Al Qaeda por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y las autoridades han ofrecido una recompensa de unos 50 millones de dólares por la cabeza de Bin Laden, que podría haber huido a Pakistán.
Aunque las autoridades buscan revertir el empuje de los talibanes en Afganistán, Al Qaeda es el principal blanco de las autoridades militares en ese país y en Pakistán.
Se calcula que unos 500 hombres de Al Qaeda operan en la frontera entre Afganistán y Pakistán, de los cuales alrededor de un centenar se encuentra en territorio afgano.
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