En Estados Unidos, decenas de políticos culpan a las protestas en contra del racismo por los nuevos casos de COVID-19, sin embargo, la ciencia nos dice algo distinto.
Mientras que el nuevo coronavirus continúa registrando nuevos casos en países de todo el mundo, diversos políticos y páginas de opinión en Estados Unidos han empezado a relacionar los nuevos casos de COVID-19 con las grandes protestas en contra del racismo y la violencia policial, a raíz del asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco.
Es cierto, las protestas son un ejemplo visible de multitudes de personas, sin embargo, ¿juegan estas movilizaciones un papel crucial en la cifra de contagios? Revisemos la evidencia.
Es imposible negar que acudir a una protesta no implique un riesgo de contagio, sin embargo, la pregunta es cuán sustancial es el incremento de contagios por las mismas y si hay formas de minimizar el riesgo al acudir a una manifestación. Las protestas al aire libre, sugiere la evidencia, no se comparan al riesgo que acarrea acudir a una reunión en un lugar cerrado, o a un mitin político en el que nadie se mueve permanentemente.
Utilizar una mascarilla reduce sustancialmente el riesgo de contagio. Además, un estudio de medRxiv sugiere que las actividades al aire libre son mucho más seguras que aquellas realizadas en espacios cerrados.
Por otro lado, el experto en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, asegura que, si una persona se encuentra en una multitud, que esta se movilice es preferible a que sea estacionaria, si lo que se busca es evitar la propagación del coronavirus. Es cierto que ninguno de estos tres aspectos protegerá a las personas definitivamente del contagio, sin embargo, juntos implican que el riesgo se reduzca considerablemente.
Las protestas al aire libre, sugiere un artículo de The Guardian, pueden ser más seguras que trabajar en plantas de carne o trabajos de oficinas, especialmente si se realiza una gran cantidad de pruebas, como lo ha hecho Massachusetts, uno de los estados en los que se registraron protestas masivas.
Entonces, sí, las protestas pueden ocasionar contagios de COVID-19, pero el número de infectados es mucho menor de lo que algunos sugieren. Cada vez existe más evidencia científica que explica que la mayor cantidad de infecciones se producen en eventos masivos cerrados. Cabe recordar que algunos de los estados con tasas crecientes de infección, como Texas, Arizona y Florida, comenzaron las medidas de desconfinamiento antes de que iniciaran las protestas, sin cumplir los criterios de reapertura establecidos por el gobierno federal.
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