La acción judicial fue presentada contra las autoridades del estatal Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) y contra los dueños de la mina.
La familia de uno de los 33 atrapados en una mina en Chile presentó una acción legal contra los dueños del yacimiento y contra el organismo público que fiscaliza la seguridad minera, mientras el gobierno se preocupa por el ánimo de los hombres que pasarán meses bajo tierra antes de ser rescatados.
La acción judicial fue presentada contra las autoridades del estatal Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) y contra los dueños de la mina, Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn.
La querella "es por el delito de prevaricación, buscando la sanción penal por haber obtenido irregularmente la autorización para el ejercicio de las faenas y así dejar atrapados a los 33 mineros", dijo el abogado Valdés a la AFP.
"No estoy pensando en la recompensa monetaria, estoy pensando en que las personas responsables, no solamente los dueños de la minera, sino la gente que no hizo su trabajo" de fiscalizar, dijo previamente Carolina Narváez, esposa del minero Raúl Bustos, sobre las motivaciones de su querella.
Una comisión del Congreso chileno investiga las responsabilidades en el derrumbe, y en concreto las condiciones de reapertura de la mina en 2008, tras su cierre un año antes.
Tras el accidente en la mina, el pasado 5 de agosto, el gobierno ha detectado una serie de irregularidades que permitieron su reapertura en 2008.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció el lunes pasado que se fortalecerá la seguridad de la actividad minera en Chile luego de este caso.
"Queremos que haya un antes y un después en materia de seguridad minera", dijo Piñera al anunciar la creación de un grupo de trabajo de analizará la legislación existente.
"Queremos sacar lecciones útiles y fecundas de lo que pudo convertirse en una tragedia", agregó el mandatario.
Mientras tanto las autoridades de Salud manifestaron su preocupación por los efectos sicológicos que tendrán para los mineros atrapados los proyectados cuatro meses que estarán a 700 metros de profundidad.
Las autoridades ya comunicaron a los mineros que su rescate será largo e incluso les mencionó la fecha de Navidad.
"Hemos podido decirles más o menos que no van a poder ser rescatados antes de Fiestas Patrias (18 de septiembre), y que esperamos estar con ellos antes de Navidad", dijo a la prensa el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
"Hemos podido hablar con ellos con entera verdad y lo han aceptado, están tranquilos y esperan poder trabajar de buena manera con nosotros".
Inicialmente, las autoridades habían decidido no decirle a los mineros atrapados que el rescate duraría unos cuatro meses.
Mañalich dijo además que "no podemos percibir todavía un cambio de ánimo (en los mineros, pero) nosotros anticipamos que después de la euforia producida por el reencuentro y el contacto del día domingo, lo más probable es que nos enfrentemos a un período de depresión, de angustia y decaimiento".
"Estamos preparando fármacos para ellos porque sería ingenuo pensar que ellos van a ser capaces de mantener este tremendo ánimo que nos han mostrado durante tan largo período de tiempo", agregó el ministro.
El plan contempla estrategias para tenerlos ocupados y un programa de ejercicios físicos que facilite la salida por el ducto de 66 centímetros de diámetro que se construirá para sacarlos dentro de tres o cuatro meses, uno a uno, desde los 700 metros de profundidad donde se hallan.
Según el funcionario lo que se busca es crearles rutinas de trabajo, descanso y sueño que los mantenga activos y alertas durante el tiempo que permanezcan.
La ventaja para los mineros es que al interior del yacimiento los mineros tienen un espacio para moverse de unos 1,5 km de extensión.
Los ingenieros preparan el terreno para comenzar este fin de semana a perforar el agujero por el que saldrán.
Mientras esos trabajos siguen, el campamento de los familiares se veía bastante disminuido este jueves, pues las familias acataron la sugerencia de las autoridades de turnarse su estadía allí y no permanecer todo el tiempo.
AFP
La acción judicial fue presentada contra las autoridades del estatal Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) y contra los dueños de la mina, Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn.
La querella "es por el delito de prevaricación, buscando la sanción penal por haber obtenido irregularmente la autorización para el ejercicio de las faenas y así dejar atrapados a los 33 mineros", dijo el abogado Valdés a la AFP.
"No estoy pensando en la recompensa monetaria, estoy pensando en que las personas responsables, no solamente los dueños de la minera, sino la gente que no hizo su trabajo" de fiscalizar, dijo previamente Carolina Narváez, esposa del minero Raúl Bustos, sobre las motivaciones de su querella.
Una comisión del Congreso chileno investiga las responsabilidades en el derrumbe, y en concreto las condiciones de reapertura de la mina en 2008, tras su cierre un año antes.
Tras el accidente en la mina, el pasado 5 de agosto, el gobierno ha detectado una serie de irregularidades que permitieron su reapertura en 2008.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció el lunes pasado que se fortalecerá la seguridad de la actividad minera en Chile luego de este caso.
"Queremos que haya un antes y un después en materia de seguridad minera", dijo Piñera al anunciar la creación de un grupo de trabajo de analizará la legislación existente.
"Queremos sacar lecciones útiles y fecundas de lo que pudo convertirse en una tragedia", agregó el mandatario.
Mientras tanto las autoridades de Salud manifestaron su preocupación por los efectos sicológicos que tendrán para los mineros atrapados los proyectados cuatro meses que estarán a 700 metros de profundidad.
Las autoridades ya comunicaron a los mineros que su rescate será largo e incluso les mencionó la fecha de Navidad.
"Hemos podido decirles más o menos que no van a poder ser rescatados antes de Fiestas Patrias (18 de septiembre), y que esperamos estar con ellos antes de Navidad", dijo a la prensa el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
"Hemos podido hablar con ellos con entera verdad y lo han aceptado, están tranquilos y esperan poder trabajar de buena manera con nosotros".
Inicialmente, las autoridades habían decidido no decirle a los mineros atrapados que el rescate duraría unos cuatro meses.
Mañalich dijo además que "no podemos percibir todavía un cambio de ánimo (en los mineros, pero) nosotros anticipamos que después de la euforia producida por el reencuentro y el contacto del día domingo, lo más probable es que nos enfrentemos a un período de depresión, de angustia y decaimiento".
"Estamos preparando fármacos para ellos porque sería ingenuo pensar que ellos van a ser capaces de mantener este tremendo ánimo que nos han mostrado durante tan largo período de tiempo", agregó el ministro.
El plan contempla estrategias para tenerlos ocupados y un programa de ejercicios físicos que facilite la salida por el ducto de 66 centímetros de diámetro que se construirá para sacarlos dentro de tres o cuatro meses, uno a uno, desde los 700 metros de profundidad donde se hallan.
Según el funcionario lo que se busca es crearles rutinas de trabajo, descanso y sueño que los mantenga activos y alertas durante el tiempo que permanezcan.
La ventaja para los mineros es que al interior del yacimiento los mineros tienen un espacio para moverse de unos 1,5 km de extensión.
Los ingenieros preparan el terreno para comenzar este fin de semana a perforar el agujero por el que saldrán.
Mientras esos trabajos siguen, el campamento de los familiares se veía bastante disminuido este jueves, pues las familias acataron la sugerencia de las autoridades de turnarse su estadía allí y no permanecer todo el tiempo.
AFP
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