En el primer paro general en décadas los manifestantes enfrentaron a la Policía y bloquearon vías en Sao Paulo y Río de Jainero, exigiendo la salida del presidente Temer.
Cientos de brasileños tomaron las principales calles de las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo en protesta contra el gobierno del presidente Michel Temer quien exigieron que renuncie. La protesta fue la más grande registrada en Brasil en décadas según medios locales y dejó varios detenidos, vías bloqueadas y buses incendiados.
De acuerdo a información de Folha de Sao Paulo, las manifestaciones en Sao Paulo fueron convocadas por el Frente Popular sin Miedo y tuvieron como destino la casa del presidente Michel Temer. Los brasileños reclaman al presidente por las medidas de austeridad en beneficios y el servicio público.
Caos en Sao Paulo. La ciudad más afectada fue la de Sao Paulo, donde se produjo un paro total de las líneas de transporte y varios enfrentamientos en los alrededores del aeropuerto de Congonhas. Los manifestantes bloquearon varias vías con llantas en fuego y la Policía tuvo que utilizar gas pimienta y granadas de percusión para dispersarles.
Según comentaron grupos sindicalistas, el objetivo de la protesta en esta ciudad fue llegar a la casa del presidente Temer, sin embargo la Policía impidió que llegaran. Varias casas de los alrededores y entidades bancarias fueron vandalizadas e incluso se dijo que los manifestantes utilizaron bombas para atacar a las autoridades.
Enfrentamientos en Río. En Río de Janeiro los servicios de bus y metro no fueron suspendidos, pero redujeron su flujo de viajes. Además varios bancos y tiendas permanecieron abiertos, sin embargo se cancelaron las clases y se registraron enfrentamientos entre los protestantes y la Policía.
Al menos 8 buses de transporte público fueron incendiados en esta ciudad. Algo que para los miembros del gobierno demuestra que las protestas fueron un fracaso, debido a que la única forma de impedir que la gente realice sus actividades con normalidad era la quema de buses.
Reacción. Miembros del gabinete de Temer afirmaron que la protesta no tuvo el impacto que sus promotores esperaban y que muchos de los enfrentamientos con las autoridades fueron forzados. "Vimos provocaciones en algunos lugares y bloqueos en otros, pero aquellas movilizaciones que se esperaban de millones no ocurrieron", dijo el ministro de Justicia Osmar Serraglio.
Al menos 8 ministros del gabinete están implicados en el caso Lava Jato, que investiga una ola de corrupción en dos de las compañías más grandes del país, Petrobras y Odebrecht. En tanto, la aprobación de Temer ha disminuido a cifras de un solo digito en las últimas encuestas, similares a las de su predecesora Dilma Rouseff que fue sacada del cargo en una maniobra que los protestantes califican como golpe de Estado.
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