Las condiciones meteorológicas del invierno húngaro imposibilitan las obras con tierra, como las que se están llevando a cabo para proteger a la población del nocivo lodo rojo.
El trabajo en las obras de protección de las localidades húngaras de Kolontár y Devecser, así como de las vías ferroviarias, afectadas por el vertido tóxico, deberán concluirse antes de mediados de noviembre porque el frío puede imposibilitarlas.
Así lo alertaron hoy varios especialistas consultados por la agencia magiar MTI, ante el acercamiento del invierno.
Las condiciones meteorológicas del invierno imposibilitan las obras con tierra, como las que se están llevando a cabo para proteger a la población del nocivo vertido de lodo rojo que se produjo el pasado 4 de octubre en el sureste de Hungría, causando la muerte de nueve personas y más de un centenar de heridos.
Hasta el momento, se ha terminado la construcción de un dique de contención que protegerá las dos localidades citadas.
La edificación del dique comenzó cuando se detectaron grietas en el muro norte de la balsa que causó la catástrofe medioambiental más grave de la historia del país centroeuropeo.
En Kolontár, en las zonas más afectadas por el vertido, donde se tuvieron que derrumbar varias casas, se espera que el próximo lunes pueda comenzar la siembra de césped y la construcción de nueve monumentos dedicados a las víctimas mortales del siniestro.
Mientras, el Gobierno ha informado de que "el movimiento del muro se ha detenido" y que la grietas en su parte norte ya no se agrandan, lo que reduce la probabilidad de una nueva riada.
En Devecser, la otra localidad más afectada por el vertido, las autoridades crearán un parque memorial.
EFE
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