Zheng Minsheng, contó que cometió el crimen para vengarse de su jefe, que lo presionaba para que dejara su trabajo, y de su ex novia, con la que había cortado hace dos años.
Según el diario 'South China Morning Post', el detenido, Zheng Minsheng, contó a los investigadores que su jefe, Wang Detong (dueño de una clínica local) había sido la principal razón de su venganza, ya que durante años "había impedido que ascendiera y le animaba a que dimitiera, pese a que no tenía otro sitio donde ir".
Zheng también responsabilizó a su ex novia de sus actos, asegurando que "había dado mucho por ella sin tener nada a cambio", y la culpaba de estar todavía soltero a sus 42 años.
Los investigadores señalaron que Zheng parece interesado en que la opinión pública, conmocionada por el suceso de la semana pasada, también dirija sus iras a su jefe y su ex novia.
El pasado día 23, Zheng apuñaló a 13 niños de la escuela de Nanping (sureste de China), causando la muerte de ocho de ellos, aunque en sus confesiones anteriores aseguró que planeaba matar a 30 escolares.
La policía ha descartado la posibilidad de que Zheng cometiera el crimen en un estado de enajenación mental, por lo que podría ser condenado a pena de muerte con ejecución casi inmediata.
El infanticidio ha conmocionado a la sociedad china, especialmente en la localidad de la provincia de Fujian (vecina a Taiwán) donde se produjo, lugar que han abandonado la madre y los seis hermanos de Zheng por temor a represalias.
-EFE
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