Sometido a una fuerte presión internacional, Israel aceleró el miércoles la expulsión de las centenas de activistas detenidos tras el ataque a la flotilla humanitaria.
Sometido a una fuerte presión internacional, Israel aceleró el miércoles la expulsión de las centenas de activistas detenidos en la sangrienta intercepción de la flotilla humanitaria de ayuda a Gaza, flotilla que el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó de "operación terrorista" en un discurso televisivo.
"No era un crucero de amor, era un crucero de odio. No era una operación pacífica, era una operación terrorista", declaró Netanyahu, al justificar el operativo militar en el que murieron nueve activistas pro-palestinos.
En respuesta a las críticas y condenas de la comunidad internacional, Netanyahu dijo que Israel, "víctima de un asalto de hipocresía internacional", mantendrá el bloque marítimo de Gaza.
"Nuestro deber es inspeccionar todos los barcos que llegan. Si no lo hacemos, Gaza se convertirá en un puerto iraní, lo que sería una amenaza real para el Mediterráneo y Europa", afirmó Netanyahu.
"El estado de Israel continuará ejerciendo su derecho a la autodefensa. La seguridad está por encima de todo", agregó Netanyahu, cuyo discurso tuvo lugar después de la liberación de los detenidos.
"Ni uno solo de los detenidos sigue en prisión", declaró a la AFP el portavoz de la administración penitenciaria israelí, Yaron Zamir.
Poco después, el ministerio israelí de Relaciones Exteriores confirmó que un primer avión, con activistas turcos heridos a bordo, había partido rumbo a Turquía del aeropuerto Ben Gurion de Tel-Aviv.
Otros tres aparatos, fletados por Turquía, esperaban en el aeropuerto para transportar a los otros detenidos turcos, indicó el ministerio.
Por su parte, la portavoz de los servicios de inmigración precisó que en total 506 pasajeros de la flotilla esperaban en el aeropuerto.
Unos 125 militantes más expulsados por Israel fueron trasladados a Jordania a través del puesto fronterizo del puente Allenby.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reiteró no obstante que el Estado hebreo mantendrá el bloqueo que impuso en 2007.
"Hay que seguir con el bloqueo marítimo", dijo el jefe de gobierno israelí, mientras que un barco irlandés, el "MV Rachel Corrie", está de camino hacia Gaza y se espera su llegada para principios de la semana que viene.
El gobierno irlandés exhortó el miércoles al gobierno israelí a dejar pasar el "MV Rachel Corrie", fletado por una organización irlandesa y que transporta a una quincena de pasajeros, incluido la premio Nobel de la Paz Mariread Maguire.
El primer ministro británico, David Cameron, consideró este miércoles "completamente inaceptable" el ataque israelí.
"Lo que sucedió es completamente inaceptable, debemos ser claros al respecto y también debemos lamentar la pérdida de vidas humanas", declaró Cameron en su primera sesión semanal de preguntas al primer ministro desde que asumió el cargo en mayo.
La opinión pública israelí está dividida sobre la apertura de una investigación.
Según un sondeo publicado el miércoles por el diario Maariv, 46,7% de las personas interrogadas dicen ser favorables a ella, y 51,6% consideran que sería inútil.
El miércoles a primera hora de la tarde, más de la mitad de los 682 activistas originarios e los 42 países que se encontraban a bordo de los seis barcos de "la flotilla de la libertad" habían sido expulsados.
Turquía amenazó el miércoles con reconsiderar sus relaciones con el Estado hebreo si sus ciudadanos no eran liberados antes del mismo miércoles por la noche.
Por otra parte, el ministerio de Justicia de Turquía examina la posibilidad de iniciar juicios contra Israel, indicó el miércoles la agencia Anatolia.
Las autoridades estudian el Código Penal y el derecho internacional para determinar la acción a tomar contra Israel, añadió Anatolia.
La mayoría de los gobiernos de los países que tenían ciudadanos a bordo de la flotilla exigieron su liberación inmediata.
Unos 50 extranjeros, así como seis soldados israelíes, siguen hospitalizados en Israel.
El grave incidente ha avivado además la enorme tensión que ya existía en Medio Oriente.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó el miércoles de "terrorismo de Estado" el asalto israelí contra la flotilla y dijo que instaría al presidente estadounidense, Barack Obama, a tomar "decisiones valientes para cambiar la faz" de Medio Oriente.
Abas recibe el miércoles al emisario estadounidense George Mitchell, antes de su entrevista con Obama en la Casa Blanca el 9 de junio.
El asalto del lunes desató la ira de Turquía -la mayoría de los activistas eran turcos- y un alud de críticas internacionales.
Israel, que ya había advertido que no permitiría que se violara el bloqueo, acusó a los militantes propalestinos de haber "desencadenado la violencia", al atacar a los soldados con cuchillos y barras de hierro.
Pero los organizadores del convoy aseguraron que los comandos abrieron fuego de forma injustificada.
AFP
"No era un crucero de amor, era un crucero de odio. No era una operación pacífica, era una operación terrorista", declaró Netanyahu, al justificar el operativo militar en el que murieron nueve activistas pro-palestinos.
En respuesta a las críticas y condenas de la comunidad internacional, Netanyahu dijo que Israel, "víctima de un asalto de hipocresía internacional", mantendrá el bloque marítimo de Gaza.
"Nuestro deber es inspeccionar todos los barcos que llegan. Si no lo hacemos, Gaza se convertirá en un puerto iraní, lo que sería una amenaza real para el Mediterráneo y Europa", afirmó Netanyahu.
"El estado de Israel continuará ejerciendo su derecho a la autodefensa. La seguridad está por encima de todo", agregó Netanyahu, cuyo discurso tuvo lugar después de la liberación de los detenidos.
"Ni uno solo de los detenidos sigue en prisión", declaró a la AFP el portavoz de la administración penitenciaria israelí, Yaron Zamir.
Poco después, el ministerio israelí de Relaciones Exteriores confirmó que un primer avión, con activistas turcos heridos a bordo, había partido rumbo a Turquía del aeropuerto Ben Gurion de Tel-Aviv.
Otros tres aparatos, fletados por Turquía, esperaban en el aeropuerto para transportar a los otros detenidos turcos, indicó el ministerio.
Por su parte, la portavoz de los servicios de inmigración precisó que en total 506 pasajeros de la flotilla esperaban en el aeropuerto.
Unos 125 militantes más expulsados por Israel fueron trasladados a Jordania a través del puesto fronterizo del puente Allenby.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reiteró no obstante que el Estado hebreo mantendrá el bloqueo que impuso en 2007.
"Hay que seguir con el bloqueo marítimo", dijo el jefe de gobierno israelí, mientras que un barco irlandés, el "MV Rachel Corrie", está de camino hacia Gaza y se espera su llegada para principios de la semana que viene.
El gobierno irlandés exhortó el miércoles al gobierno israelí a dejar pasar el "MV Rachel Corrie", fletado por una organización irlandesa y que transporta a una quincena de pasajeros, incluido la premio Nobel de la Paz Mariread Maguire.
El primer ministro británico, David Cameron, consideró este miércoles "completamente inaceptable" el ataque israelí.
"Lo que sucedió es completamente inaceptable, debemos ser claros al respecto y también debemos lamentar la pérdida de vidas humanas", declaró Cameron en su primera sesión semanal de preguntas al primer ministro desde que asumió el cargo en mayo.
La opinión pública israelí está dividida sobre la apertura de una investigación.
Según un sondeo publicado el miércoles por el diario Maariv, 46,7% de las personas interrogadas dicen ser favorables a ella, y 51,6% consideran que sería inútil.
El miércoles a primera hora de la tarde, más de la mitad de los 682 activistas originarios e los 42 países que se encontraban a bordo de los seis barcos de "la flotilla de la libertad" habían sido expulsados.
Turquía amenazó el miércoles con reconsiderar sus relaciones con el Estado hebreo si sus ciudadanos no eran liberados antes del mismo miércoles por la noche.
Por otra parte, el ministerio de Justicia de Turquía examina la posibilidad de iniciar juicios contra Israel, indicó el miércoles la agencia Anatolia.
Las autoridades estudian el Código Penal y el derecho internacional para determinar la acción a tomar contra Israel, añadió Anatolia.
La mayoría de los gobiernos de los países que tenían ciudadanos a bordo de la flotilla exigieron su liberación inmediata.
Unos 50 extranjeros, así como seis soldados israelíes, siguen hospitalizados en Israel.
El grave incidente ha avivado además la enorme tensión que ya existía en Medio Oriente.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó el miércoles de "terrorismo de Estado" el asalto israelí contra la flotilla y dijo que instaría al presidente estadounidense, Barack Obama, a tomar "decisiones valientes para cambiar la faz" de Medio Oriente.
Abas recibe el miércoles al emisario estadounidense George Mitchell, antes de su entrevista con Obama en la Casa Blanca el 9 de junio.
El asalto del lunes desató la ira de Turquía -la mayoría de los activistas eran turcos- y un alud de críticas internacionales.
Israel, que ya había advertido que no permitiría que se violara el bloqueo, acusó a los militantes propalestinos de haber "desencadenado la violencia", al atacar a los soldados con cuchillos y barras de hierro.
Pero los organizadores del convoy aseguraron que los comandos abrieron fuego de forma injustificada.
AFP
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