Presidente israelí Simón Peres, Nobel de la Paz en 1994, dijo que Obama es uno de los "pocos los líderes que en tan poco tiempo consiguen cambiar el estado de ánimo en el mundo".
Por su parte, el ministro de Defensa y líder laborista, Ehud
Barak, valoró que el Nobel "fortalecerá la capacidad de Obama para
traer la paz a toda la región, y un acuerdo con los palestinos".
Quien mostró su temor por las consecuencias que pueda tener el
premio fue el presidente del Parlamento israelí, Reuvén Ruivlin,
para quien "el Nobel puede acabar traduciéndose para Israel en la
imposición de un acuerdo" que no responda a los intereses de Israel.
Desde Ramala el negociador jefe de la Autoridad Nacional
Palestina (ANP), Saeb Erekat, también felicitó a Obama y manifestó
que espera que "sea capaz de traer la paz a Oriente Medio, devolver
a Israel a las fronteras de 1967 y crear un estado palestino con
capital en Jerusalén".
El optimismo de Erekat no es compartido por el movimiento
islamista Hamás, uno de cuyos portavoces aseguró que Obama "no se
merece el premio" por no haber garantizado a los palestinos sus
derechos legítimos.
"Creemos que Obama tiene que facilitar muchas cosas a los
palestinos para hacerse acreedor a este premio, debe cambiar su
actitud y ser justo con los palestinos", manifestó Fawzi Barhoum,
portavoz de Hamás en la franja de Gaza.
Barhoum indicó que "hasta ahora nada ha cambiado en la política
del presidente estadounidense que le haga diferente a sus
predecesores, y sobre el terreno no ha ocurrido nada". EFE
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