Los manuscritos bíblicos, que se exponen en un museo canadiense, fueron descubiertos en unas cuevas cerca de Qumran, en el mar Muerto, entre 1947 y 1956.
El Gobierno de Jordania ha pedido a Canadá que intercepte los rollos del mar Muerto, que considera que le pertenecen, pero que están en poder de Israel, que los ha mostrado en una exposición en el Royal Ontario Museum de Toronto.
Según declaró al periódico "Jordan Times" la ministra de Turismo y Antigüedades jordano, Maha Khatib, "el Gobierno (jordano) ha pedido a Canadá, a través del Ministerio de Exteriores, que confisque los manuscritos".
La ministra aduce lo que establece la Convención de La Haya de 1954, firmada tanto por Canadá como por Jordania, sobre la protección de la propiedad cultural en caso de conflicto armado.
Según la ministra, Israel se hizo con los documentos que estaban depositados en un museo de Jerusalén Este, bajo mandato jordano cuando lo ocupó en la Guerra de los Seis Días, en 1967.
Los rollos fueron descubiertos en unas cuevas cerca de Qumran, en el mar Muerto, entre 1947 y 1956, constan de casi mil manuscritos, considerados los manuscritos bíblicos más antiguos conocidos hasta la fecha, de unos 2.100 años, e incluyen textos contemporáneos a Jesucristo.
La prensa canadiense recoge la postura del Gobierno del país norteamericano, que cree que la disputa sobre la propiedad de los manuscritos es asunto de israelíes, jordanos y palestinos y que, por tanto, no piensa intervenir en el conflicto.
El Gobierno jordano, por su parte, asegura que tiene documentos que demuestran que los documentos fueron comprados a unos beduinos que los habían encontrado en el desierto y que les pertenecen.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) también los ha reclamado diciendo que "son una parte integral del patrimonio cultural palestino", según palabras del director del Departamento de Antigüedades y Patrimonio de la ANP. EFE
Según declaró al periódico "Jordan Times" la ministra de Turismo y Antigüedades jordano, Maha Khatib, "el Gobierno (jordano) ha pedido a Canadá, a través del Ministerio de Exteriores, que confisque los manuscritos".
La ministra aduce lo que establece la Convención de La Haya de 1954, firmada tanto por Canadá como por Jordania, sobre la protección de la propiedad cultural en caso de conflicto armado.
Según la ministra, Israel se hizo con los documentos que estaban depositados en un museo de Jerusalén Este, bajo mandato jordano cuando lo ocupó en la Guerra de los Seis Días, en 1967.
Los rollos fueron descubiertos en unas cuevas cerca de Qumran, en el mar Muerto, entre 1947 y 1956, constan de casi mil manuscritos, considerados los manuscritos bíblicos más antiguos conocidos hasta la fecha, de unos 2.100 años, e incluyen textos contemporáneos a Jesucristo.
La prensa canadiense recoge la postura del Gobierno del país norteamericano, que cree que la disputa sobre la propiedad de los manuscritos es asunto de israelíes, jordanos y palestinos y que, por tanto, no piensa intervenir en el conflicto.
El Gobierno jordano, por su parte, asegura que tiene documentos que demuestran que los documentos fueron comprados a unos beduinos que los habían encontrado en el desierto y que les pertenecen.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) también los ha reclamado diciendo que "son una parte integral del patrimonio cultural palestino", según palabras del director del Departamento de Antigüedades y Patrimonio de la ANP. EFE
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