La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico indicó que la región más afectada será Europa, por su elevado grado de dependencia de Rusia y Ucrania, y sobre todo con las importaciones energéticas rusas.
La guerra de Ucrania está teniendo un impacto muy fuerte en la economía mundial, en particular en Europa, por eso la OCDE cree que el crecimiento este año se limitará al 3 %, cuando a comienzos de abril lo estimaba en el 4,5 %.
En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra particularmente dura con Rusia y se convierte en un portavoz más de los que piden endurecer el embargo a su petróleo, al tiempo que subraya que la principal urgencia es impedir una crisis alimentaria que podría afectar a países pobres.
La revisión a la baja de sus previsiones es ahora más profunda incluso que en las líneas generales que había anticipado a mediados de marzo, con apenas tres semanas de guerra, cuando renunció a elaborar su informe intermedio por el elevado grado de incertidumbre.
Sus expertos calculan que, más allá de los contendientes (Ucrania y Rusia) la región más afectada será Europa por su elevado grado de dependencia de ambos países, y sobre todo con las importaciones energéticas rusas.
La zona euro, para la que en diciembre habían augurado un incremento del producto interior bruto (PIB) del 4,3 % en 2022, se quedará en un 2,6 %, lo que frustra en parte las expectativas de una recuperación rápida tras la recesión por la COVID-19.
Panorama en Europa
Las correcciones a la baja en esos seis meses son particularmente significativas para Alemania (2,19 puntos porcentuales menos, al 1,9 %), Italia (2,09, al 2,5 %), Francia (1,83 al 2,4 %) y España (1,47 al 4,1 %). Pero también fuera del Viejo Continente para Chile (2,20 al 1,4 %), México (1,37 al 1,9 %) o Estados Unidos (1,28 al 2,5 %).
Por no hablar de la economía rusa que, acosada por las sanciones occidentales en respuesta a la invasión de Ucrania, caerá este año en una profunda recesión (-10 %) que debería continuar en 2023 (-4,1 %).
La economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, reconoce que las cosas pueden ir todavía a peor porque el conflicto está alterando la distribución de alimentos básicos y de energía, y porque las maniobras de los europeos para prescindir del petróleo ruso pueden conllevar una escalada mayor de precios o incluso falta de combustible.
Pero, pese al riesgo, su postura es clara: un embargo a sus exportaciones de crudo que limite la capacidad de Moscú para financiar la invasión "es esencial para acelerar el fin de este conflicto devastador".
Al mismo tiempo, señala que la política china de ‘Cero COVID’, con confinamientos estrictos de decenas de millones de personas en ese país durante los últimos meses, está pesando en las perspectivas mundiales porque disminuye el incremento de la demanda interna y perturba las cadenas globales de aprovisionamiento. (EFE)
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