Hace 120 000 mil años los antiguos humanos recolectaban conchas para unirlas en una cuerda y usarlas como sello distintivo.
Los humanos antiguos recogían conchas perforadas expresamente para unirlas como cuentas a modo de adorno, según un estudio publicado en la revista 'PLOS ONE' por Daniella Bar-Yosef Mayer, de la Universidad de Tel Aviv, e Iris Groman-Yaroslavski, de la Universidad de Haifa, ambas en Israel.
Las conchas son una de las formas más antiguas en que los humanos se han adornado y expresado, con ejemplos de ensamblajes de conchas recogidos deliberadamente en yacimientos humanos que datan de hace 160 000 años en África del Norte, Sudáfrica y el Mediterráneo Oriental.
Las conchas de un yacimientos del Paleolítico mediterráneo, la Cueva Qafzeh (datada hace 120 000 años) están todas perforadas de forma natural, en contraste con las conchas no perforadas encontradas en un antiguo yacimiento cercano, la Cueva Misliya, lo que sugiere que estas conchas se recolectaron expresamente para unirlas como cuentas.
Simularon desgaste
Para investigar la posibilidad de una suspensión deliberada para crear cadenas de cuentas de concha, Bar-Yosef Mayer y Groman-Yaroslavski recolectaron la misma especie de conchas perforadas ('Glycymeris') y simularon ese uso potencial y el desgaste presente en las conchas originales.
Primero desgastaron sistemáticamente las conchas contra diferentes materiales como cuero, arena y piedra para producir una serie de patrones de desgaste, y luego colgando las conchas en cuerdas hechas de lino salvaje para identificar patrones de desgaste propios de la suspensión en cuerdas. Luego compararon estos patrones de desgaste con los de los depósitos originales de la Cueva Qafzeh.
El análisis microscópico de las cinco conchas de la cueva Qafzeh mejor conservadas reveló rastros consistentes con los creados en las conchas simuladas a través del contacto con una cuerda, así como rastros de contacto de concha contra concha, lo que indica que las conchas colgaban muy juntas. Cuatro de las cinco conchas originales también revelaron rastros de un tratamiento de coloración ocre.
Aunque no es posible determinar el significado simbólico preciso de la hebra de cuentas de concha de la Cueva Qafzeh, el hecho de que las conchas bivalvas sean un sello distintivo frecuente en los sitios paleolíticos da una idea de su importancia.
Además, la presencia de una cadena parece sugerir que no solo era importante la recolección de conchas, sino que la capacidad de mostrar las conchas a los demás también tenía importancia.
Como una de las primeras instancias de objetos perforados colgados de cuerdas, las conchas de la Cueva Qafzeh también nos acercan a comprender los orígenes de la tecnología de fabricación de cuerdas, probablemente entre 160 y 120 000 años atrás.
Bar-Yosef Mayer agrega: "Los humanos modernos recolectaban conchas de berberecho sin perforar con fines simbólicos hace 160 000 años o antes, y alrededor de hace 120 000 años comenzaron a recoger conchas perforadas y usarlas en una cuerda. Concluimos que las cuerdas, que tenían muchas más aplicaciones, se inventaron dentro de este periodo".
(Con información de Europa Press)
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