El Ejército ruso continuará la invasión a Ucrania y, de una u otra forma, arrebatará el resto de territorios del Donbass que aún no controla si el país invadido se niega a firmar un acuerdo en el que ceda los territorios anexionados por el Kremlin. Así lo remarcó este 5 de diciembre el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, en consonancia con las más recientes declaraciones de Vladimir Putin, mientras presiona por la aceptación del llamado "plan de paz", presentado por EE. UU. y favorable a Moscú.
En entrevista con la cadena afín al Kremlin 'RT', el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, declaró este viernes 5 de diciembre que su nación "realmente quiere paz" y está "abierta a resolver el problema ucraniano por medios políticos y diplomáticos". Sin embargo, enfatizó en que, "en ausencia de la posibilidad de continuar la conversación, su país continuará "la operación militar en todos los aspectos posibles".
Las declaraciones de Peskov llegan como una confirmación de lo expresado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien afirmó que “liberará”–como se refiere a la captura de territorios de su vecino país–todas las zonas del este de Ucrania mediante la acción militar si las tropas de Kiev no se retiran de la zona.
"Todo se reduce a una sola cosa: o liberamos los territorios mediante la acción militar, o las tropas ucranianas se retiran"
Si bien Rusia, ya ocupa la mayor parte de las provincias de Donetsk y Lugansk, pertenecientes a la gran región del Donbass, aún no controla alrededor del 12% de la zona, donde se mantiene el Ejército ucraniano
En una entrevista con el canal 'India Today', emitida durante su visita oficial a la India, pero grabada en Rusia antes de su partida, Putin aseguró: "Ahora todo ha llegado a un punto crítico y todo se reduce a una sola cosa: o liberamos los territorios mediante la acción militar, o las tropas ucranianas se retiran y abandonan el país".
El líder del Kremlin confesó que discrepa con algunos puntos del acuerdo de alto el fuego redactado en Washington, al punto que su gobierno tuvo que revisar "cada punto" del documento presentado en Moscú por el enviado estadounidense Steve Witkoff.
Putin no ofreció más detalles sobre esos puntos espinosos: "Decir ahora qué no nos conviene o dónde podríamos llegar a un acuerdo es prematuro, ya que podría perturbar el modo de funcionamiento que el presidente Trump está intentando establecer".
Después de las discusiones con Putin en el Kremlin, Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno de Donald Trump, anunciaron una reunión en la tarde del jueves con una delegación ucraniana, encabezada por Rustem Umerov. Hasta la tarde mañana del viernes no había confirmación inmediata del encuentro, ni de las conclusiones.
El repliegue ucraniano de la región del Donbass, la renuncia a ingresar en la OTAN o las limitaciones operativas al ejército de Kiev son algunos de los puntos inaceptables para el gobierno de Volodímir Zelenski y sus socios europeos, que ven la cesión de territorios anexionados por Rusia como un premio al agresor.
Witkoff redactó el plan de paz para Ucrania junto al negociador ruso, Kiril Dmítriev, según revelaron múltiples medios estadounidenses.
Inaceptable para Ucrania, inamovible para Rusia
En la última semana, las negociaciones para precipitar el fin de la guerra en Ucrania estuvieron marcadas por las reuniones Witkoff con Putin en Moscú y con el negociador ucraniano Rustem Umérov en Bruselas, sin acuerdos importantes alcanzados.
La Administración estadounidense ha puesto en marcha la iniciativa diplomática más ambiciosa para detener la guerra, desde que Rusia lanzó la invasión a gran escala contra su vecino en febrero de 2022.
Sin embargo, el esfuerzo se ha debilitado, una vez, por las exigencias que parecen irreconciliables, especialmente sobre si Ucrania debe ceder territorio a Rusia y cómo puede protegerse de cualquier agresión futura por parte de Moscú.
El estancamiento de los avances para un alto el fuego provocaron que el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, acusara Putin de "hacerle perder el tiempo al mundo".
"Rusia debe poner fin al derramamiento de sangre que ha iniciado. Si esto no sucede y Putin vuelve a escupirle al mundo en la cara, habrá consecuencias", sostuvo Sybiha.
Acusaciones de traición
El plan de paz de Donald Trump ha despertado suspicacias en algunos líderes europeos, entre ellos el canciller alemán, Friedrich Merz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, quienes habrían advertido en una llamada telefónica el lunes pasado que EE. UU. podría traicionar a Ucrania y a Europa en las negociaciones, según una transcripción de la conversación obtenida por 'Der Spiegel'.
Otros participantes de la llamada fueron el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el presidente finlandés, Alexander Stubb —uno de los pocos líderes europeos que se entiende con Trump—, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
La transcripción en inglés que cita el medio alemán, que afirmó haber confirmado el contenido con dos participantes de la llamada, revela que Macron habría mencionado "la posibilidad de que Estados Unidos traicione a Ucrania en el tema territorial, sin claridad sobre garantías de seguridad".
No obstante, Macron aseguró que este viernes que no existe "desconfianza" entre Europa y Estados Unidos. "Lo niego todo", espetó el presidente francés al ser preguntado sobre el informe de Spiegel, durante su visita a China.
"Acogemos con satisfacción y apoyamos los esfuerzos de paz que realiza Estados Unidos. Estados Unidos necesita que los europeos lideren estos esfuerzos de paz", añadió el mandatario francés.
'Der Spiegel' señaló que Merz recomendó a Zelenski en la llamada ser "extremadamente cuidadoso en los próximos días". Stubb también dudó de los negociadores del acuerdo. "No debemos dejar sola a Ucrania y a Volodímir", dijo en un momento de la conversación, siempre de acuerdo con la transcripción de 'Der Spiegel'. Rutte coincidió con el finlandés: "Estoy de acuerdo con Alexander, debemos proteger a Volodímir".
Europa no disimula su desconfianza con Rusia, a quien acusa de reiteradas violaciones a su soberanía mediante la incursión de drones, ciberataques y actos de sabotaje. ¿Disimulará la UE, si los hay, sus escrúpulos hacia Trump?