El papa Francisco dijo que cuando los jóvenes se quedan fuera del mundo laboral, "a las empresas les falta energía, innovación y alegría de vivir".
El papa Francisco planteó la creación de un nuevo pacto social para el trabajo que reduzca el horario a los empleados más veteranos y permita la contratación de jóvenes.
El pontífice realizó este llamado en una audiencia en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, a los delegados del Congreso Italiano de Sindicato del Trabajo con motivo de su XVIII Congreso Nacional. "Es una sociedad necia y miope la que obliga a los ancianos a trabajar demasiado y durante mucho tiempo y no a los jóvenes, que deberían hacerlo por ellos y por todos", dijo.
Pide nuevo pacto social. Francisco explicó que "cuando los jóvenes se quedan fuera del mundo laboral, a las empresas les falta energía, entusiasmo, innovación y alegría de vivir".
"Es entonces urgente un nuevo pacto social para el trabajo que reduzca el horario a quienes están en el último periodo laboral, para crear empleo para los jóvenes que tienen el derecho-deber de trabajar".
Pensión justa. El papa lamentó que haya en el mundo "tantos niños que trabajan y no estudian". También criticó que se "descarte" a los trabajadores enfermos cuando, en su opinión, el empleo ejerce también una "función terapéutica", así como que "no siempre se reconoce el derecho a una pensión justa, ni demasiado pobre, ni rica".
En este sentido, señaló que las "pensiones de oro" son "una ofensa al trabajo no menos graves que las pobres porque hacen que las desigualdades del tiempo del trabajo sean perennes".
La función de los sindicatos. El pontífice latinoamericano advirtió de que "en nuestra sociedad capitalista avanzada, el sindicato corre el riesgo de extraviar esa naturaleza profética (defender a los últimos) y parecerse demasiado a las instituciones y a los poderes que por contra debería criticar".
"El sindicato, con el paso del tiempo, ha terminado pareciéndose demasiado a la política, o mejor, a los partidos políticos, a su lenguaje y su estilo", lamentó. Además, explicó que los sindicalistas deben ser "centinelas" que protejan a los empleados pero también deben dirigir su atención a los "excluidos del trabajo" que "son excluidos también de los derechos y de la democracia".
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