Mandatario boliviano reiteró su defensa del "gasolinazo" para la mejora de la economía, si bien explicó que la revocación del decreto obedeció a la "voz del pueblo".
El presidente de Bolivia, Evo Morales, negó hoy que el alza de carburantes que decretó el pasado domingo y que ayer tuvo que anular por la presión social fuera un "error", sólo que se presentó en un momento "inoportuno".
En una conferencia de prensa en la ciudad central de Cochabamba, el mandatario reiteró su defensa del denominado "gasolinazo" para la mejora de la economía boliviana, si bien explicó que la revocación del decreto obedeció a la "voz del pueblo".
"El pueblo me dio razón, me escuchó, pero también me enseñó que todavía los sectores pobres no podían resistir esa medida", sostuvo Morales, que suspendió su viaje a Brasil para asistir a la toma de posesión de la nueva presidenta Dilma Rousseff por la ola de protestas que se desató en Bolivia por el "gasolinazo".
El mandatario indigenista atribuyó a "confusiones y falta de información" el rechazo al decreto "de nivelación del precio de los carburantes", ya que era una medida que podría paliar la "sangría" en la economía del país por el contrabando.
"Nadie me ha enfrentado con argumentos para rechazar este decreto. Tenemos razón", subrayó Morales.
Sin embargo, afirmó que era una medida "dura" que el pueblo "no podía resistir", aunque en el futuro vaya a beneficiar al pueblo boliviano.
"Qué lindo es escuchar al pueblo, que lindo es aprender del pueblo, qué lindo es obedecer al pueblo. Sólo obedecí (...) pero tarde o temprano se dará cuenta, porque sabe que es una medida en bien de las nuevas generaciones", concluyó el mandatario.
La anulación del decreto de alza de precios de los principales carburantes, entre un 57 y un 82%, se produjo cerca de la medianoche del viernes después de una semana de violentas protestas en todo el país por el aumento del coste de tarifas de transporte y alimentos.
EFE
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