El Papa Francisco, fallecido a los 88 años, dejó disposiciones para que sus exequias sean más austeras, eliminando tradiciones como el catafalco y el velatorio en el Palacio Apostólico. Conoce los detalles de los ritos fúnebres y los pasos hacia el cónclave.
La muerte y los funerales de los papas han estado marcados históricamente por una liturgia solemne, pero Francisco, quien falleció este lunes a los 88 años, optó por simplificar estos ritos, descartando incluso ser sepultado en la Basílica de San Pedro.
El ceremonial, dividido en tres fases —vigilia, funeral y sepultura—, será coordinado por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, de Estados Unidos, quien asumirá la gestión de la Iglesia durante la "sede vacante" hasta la elección del nuevo papa.
Sergio Mora, periodista en Roma para RPP, informó sobre los procedimientos que se inician desde este martes para las honras fúnebres de Francisco, y la transición hacia el futuro nombramiento de su sucesor.
Verificación del deceso: un rito ancestral
La noche de este lunes, se llevará a cabo el rito de verificación del deceso del papa en la capilla privada del Palacio Apostólico. Según explicó Mora, “el cardenal Farrel se acercará y con un martillo de plata golpeará tres veces la frente del pontífice llamándolo por su nombre, Francesco, a lo cual, claramente, al no responder, oficialmente se constata el deceso”.
Este acto ancestral, que ahora es respaldado por medios médicos modernos, marca el inicio formal de los ritos fúnebres.
Mora informó que el portavoz del Vaticano, Mateo Bruni, ha anunciado que tras este rito se emitirá un parte médico con detalles sobre las causas del fallecimiento, aún no reveladas.
Exequias marcadas por la austeridad
Francisco, conocido por su sencillez, reformó los protocolos fúnebres en noviembre de 2024 para hacerlos más sobrios, en línea con su visión de una “Iglesia pobre para los pobres”, según recordó Mora.
Entre los cambios, se eliminó el uso del catafalco, una tarima de terciopelo rojo, y el velatorio privado en el Palacio Apostólico.
En su lugar, el cuerpo del Pontífice será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, probablemente el miércoles, donde permanecerá en un féretro abierto para la veneración pública.
“No en un catafalco, sino dentro del cajón, prácticamente la gente no lo va a ver, pero sabe que el cuerpo del Santo Padre va a estar allí”, explicó Mora.
El ataúd, de madera con interior de zinc, sustituirá al tradicional sistema de tres ataúdes.
Además, Francisco pidió no ser enterrado en las Grutas Vaticanas, como sus predecesores, sino en la Basílica de Santa María Mayor, a la que tenía especial devoción por la imagen de la Virgen Salus Populi Romani (Salud del Pueblo Romano).
Misa fúnebre y novenario
La misa fúnebre podría celebrarse el domingo siguiente, aunque aún no está confirmada, tras la suspensión de la canonización del Beato Carlo Acutis.
Posteriormente, se realizará un novenario, nueve días de oraciones por el alma del Pontífice. De acuerdo a Mora, durante este período, Roma se preparará para recibir a mandatarios y peregrinos, con estrictas medidas de seguridad.
“La ciudad va a ser blindada, va a ser muy protegida”, afirmó Mora, recordando el atentado contra Juan Pablo II en 1981.
Hacia el cónclave: la sucesión papal
El martes 22 de abril, los cardenales presentes en Roma celebrarán la primera congregación general para organizar los detalles del funeral y preparar el cónclave, que se estima comenzará entre 15 y 20 días después, indicó Mora.
"La congregación general es lo que precede a un cónclave, en este caso serán los cardenales que están en Roma, o sea no todos los cardenales, porque los demás del mundo deberán llegar aquí para elegir el próximo papa", señaló Mora.
El cónclave, que se realizará en la Capilla Sixtina, suele durar de dos a tres días en la actualidad, a diferencia de los largos procesos de antaño. Una vez elegido el nuevo papa, aparecerá en el balcón de la Basílica de San Pedro, marcando el inicio de un nuevo pontificado.
Un legado de misericordia y sencillez
Francisco, el primer papa latinoamericano, dejó una huella imborrable en la Iglesia Católica. Su pontificado se destacó por su énfasis en la misericordia. Mora recordó que Francisco siempre predicó que “Dios no se cansa de perdonarnos" y por el contrario "a veces nosotros nos cansamos de pedir perdón”.
El periodista vaticanista indicó que el papa latinoamericano también promovió una Iglesia más abierta, dialogando con sectores alejados, y vivió con austeridad, residiendo en la Casa de Santa Marta y prescindiendo a vehículos de lujo para sus traslados.
Su obra, como la encíclica Lumen Fidei (2013) y el libro De los pobres al Papa, del Papa al mundo (2022), refleja su compromiso con los marginados, señaló Mora.
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