El presidente de EEUU recibió hoy en el Auditorio Municipal de Oslo (Noruega) el Nobel de la Paz, días después de ordenar el envío de 30.000 soldados más a Afganistán.
El presidente de EEUU, Barack Obama, defendió hoy la necesidad de que, en algunas ocasiones, haya que ir a la guerra para poder mantener la paz, en su discurso al aceptar el premio Nobel de la Paz en una ceremonia en el Auditorio Municipal de Oslo.
Obama, que al aceptar la medalla del premio recibió más de un minuto de aplausos, reconoció en su discurso la contradicción que existe en que se le haya concedido el galardón cuando hace apenas diez días ha ordenado una escalada de la guerra en Afganistán, al anunciar el envío de 30.000 soldados más.
El premiado indicó, ante una audiencia de un millar de personas, encabezadas por los reyes Harald y Sonia de Noruega, que la guerra no debe glorificarse y su coste es "elevado", pero "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
Por mucho que se desee la paz, "la creencia de que es necesaria raramente es suficiente para lograrla", puntualizó Obama.
El presidente estadounidense aludió también desde el principio de su discurso a las críticas que consideran prematuro que se le haya concedido el prestigioso galardón cuando apenas lleva once meses en el cargo.
Así, reconoció que sus "logros son escasos" en comparación con otros galardonados anteriores con el premio Nobel, e indicó que recibía la medalla con "profunda gratitud y una gran humildad".
En su alocución, Obama repasó sus propuestas de política internacional y subrayó que el compromiso de EEUU con la seguridad global no flaqueará jamás pero también matizó que "EEUU no puede actuar solo".
Defendió también su política de ofrecer un diálogo a los regímenes hostiles, como ha hecho hacia Birmania, Corea del Norte o Irán.
La promoción de los derechos humanos a veces debe combinarse con una diplomacia paciente, puntualizó.
"Sé que el diálogo con regímenes represivos carece de la pureza satisfactoria de la indignación, pero también sé que las sanciones sin un acercamiento, y la condena sin debate, puede servir para perpetuar un status quo perjudicial", sostuvo, antes de apuntar que "ningún régimen represivo puede emprender un nuevo camino a menos que tenga ante sí una puerta abierta".
Al mismo tiempo, es necesario hacer frente a los países que no acepten las normas internacionales, para los que hay que desarrollar alternativas "lo suficientemente duras como para hacerles cambiar su comportamiento".
"Los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas", subrayó.
En este sentido, mencionó en particular a Corea del Norte y a Irán, que "no deben poder hacer caso omiso del sistema internacional" en el desarrollo de sus programas nucleares.
El presidente estadounidense, al que acompañaba su esposa, Michelle Obama, citó también como elemento necesario para una paz justa no sólo los derechos civiles y políticos, sino también la seguridad económica y la oportunidad. EFE
Obama, que al aceptar la medalla del premio recibió más de un minuto de aplausos, reconoció en su discurso la contradicción que existe en que se le haya concedido el galardón cuando hace apenas diez días ha ordenado una escalada de la guerra en Afganistán, al anunciar el envío de 30.000 soldados más.
El premiado indicó, ante una audiencia de un millar de personas, encabezadas por los reyes Harald y Sonia de Noruega, que la guerra no debe glorificarse y su coste es "elevado", pero "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
Por mucho que se desee la paz, "la creencia de que es necesaria raramente es suficiente para lograrla", puntualizó Obama.
El presidente estadounidense aludió también desde el principio de su discurso a las críticas que consideran prematuro que se le haya concedido el prestigioso galardón cuando apenas lleva once meses en el cargo.
Así, reconoció que sus "logros son escasos" en comparación con otros galardonados anteriores con el premio Nobel, e indicó que recibía la medalla con "profunda gratitud y una gran humildad".
En su alocución, Obama repasó sus propuestas de política internacional y subrayó que el compromiso de EEUU con la seguridad global no flaqueará jamás pero también matizó que "EEUU no puede actuar solo".
Defendió también su política de ofrecer un diálogo a los regímenes hostiles, como ha hecho hacia Birmania, Corea del Norte o Irán.
La promoción de los derechos humanos a veces debe combinarse con una diplomacia paciente, puntualizó.
"Sé que el diálogo con regímenes represivos carece de la pureza satisfactoria de la indignación, pero también sé que las sanciones sin un acercamiento, y la condena sin debate, puede servir para perpetuar un status quo perjudicial", sostuvo, antes de apuntar que "ningún régimen represivo puede emprender un nuevo camino a menos que tenga ante sí una puerta abierta".
Al mismo tiempo, es necesario hacer frente a los países que no acepten las normas internacionales, para los que hay que desarrollar alternativas "lo suficientemente duras como para hacerles cambiar su comportamiento".
"Los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas", subrayó.
En este sentido, mencionó en particular a Corea del Norte y a Irán, que "no deben poder hacer caso omiso del sistema internacional" en el desarrollo de sus programas nucleares.
El presidente estadounidense, al que acompañaba su esposa, Michelle Obama, citó también como elemento necesario para una paz justa no sólo los derechos civiles y políticos, sino también la seguridad económica y la oportunidad. EFE
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