Según la Cancillería surcoreana, Cho trasladó su profunda preocupación por el hecho de que el proceso de arresto de los trabajadores, que habían llegado a EE.UU. con el fin de transferir tecnología y conocimientos para contribuir al renacimiento de la industria manufacturera estadounidense promovido por la Administración Trump, se hiciera público, causando una gran herida y conmoción a toda la ciudadanía surcoreana.
El presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, aseguró este jueves que la redada migratoria en una planta de baterías de Hyunday y LG en Estados Unidos "generará dudas" sobre futuras inversiones, e indicó que los cientos de trabajadores surcoreanos serán repatriados en las próximas horas tras un retraso que Seúl atribuyó al presidente estadounidense, Donald Trump.
"Está previsto que salgan del centro de detención a las 15:00 hora de Seúl (hora local) de hoy", dijo Lee en una rueda de prensa con motivo de sus primeros 100 días de presidencia, donde también subrayó que se trata de empleados de un proyecto de inversión estratégica para Seúl y Washington.
La Cancillería surcoreana informó que el avión transportará a 330 personas, incluidos 14 extranjeros. El diario nipón Kyodo reveló previamente que entre los pasajeros se encuentran tres japoneses, citando a un funcionario de la Cancillería de Japón.
Se espera que el avión salga el viernes a la 1:00 hora de Seúl (16:00 GMT del jueves) y llegue a Corea del Sur por la tarde. Todos los trabajadores surcoreanos, excepto uno, volverán al país asiático, dijo Lee.
Según Lee, dichos trabajadores no iban a trabajar a largo plazo en EE.UU., sino que estaban allí para instalar la maquinaria necesaria y regresar a Corea del Sur lo antes posible.

La redada afectó a centenares de trabajadores surcoreanos implicados en la construcción y operación de la planta de baterías, una de las inversiones más importantes de Hyundai y LG en territorio estadounidense.
La reacción de Lee se produce después de que el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el canciller surcoreano, Cho Hyun, se reunieran este miércoles en Washington para tratar varios temas de peso en la relación bilateral, incluyendo la posibilidad de que se "revitalice la industria manufacturera estadounidense mediante la inversión surcoreana en construcción naval y otros sectores estratégicos".
Según la Cancillería surcoreana, Cho trasladó su profunda preocupación por el hecho de que el proceso de arresto de los trabajadores, que habían llegado a EE.UU. con el fin de transferir tecnología y conocimientos para contribuir al renacimiento de la industria manufacturera estadounidense promovido por la Administración Trump, se hiciera público, causando una gran herida y conmoción a toda la ciudadanía surcoreana.
El ministro enfatizó que, dado que no se trata de criminales, se les debe permitir a los detenidos que salgan rápidamente de Estados Unidos sin restricciones físicas como esposas, y que no enfrenten desventajas en futuras visitas al país.

Rechazo a propuesta de Trump
El retraso en la salida de los detenidos, que estaba programada para ayer, obedeció a que el presidente estadounidense Donald Trump pidió a sus funcionarios que "alentaran" a los trabajadores a permanecer en el país norteamericano para continuar sus labores, dijo un funcionario del Ministerio de Exteriores surcoreano en un 'briefing' posterior al encuentro entre Cho y Rubio, citado por la agencia local de noticias Yonhap.
El proceso de repatriación se detuvo para conocer primero la postura de Corea del Sur sobre si estos ciudadanos, todos ellos mano de obra especializada, querían regresar a casa o quedarse en EE.UU. para seguir trabajando y capacitar a personal estadounidense, señaló el funcionario.
El asesor adjunto de Seguridad Nacional de EE.UU., Andrew C. Baker,coincidió en que el sistema actual de visados no está alineado con el volumen de inversión surcoreana en EE.UU., durante una reunión separada con Cho el mismo día, según un comunicado de la cancillería surcoreana.