En tanto, Australia, China, Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, han enviado a profesionales para sumarse a los trabajos de rescate.
Cerca de 3.000 personas continúan atrapadas hoy en los cientos de casas destruidas en la isla de Sumatra por el seísmo de 7,6 grados de magnitud que sacudió Indonesia hace tres días, mientras el recuento de muertos llegó anoche a 1.100, según la ONU.
Con las primeras luces del día se reanudaron las operaciones de salvamento de posibles supervivientes de entre los restos del Hotel Ambacang en Padang, la capital de la provincia de Sumatra Occidental.
Los equipos de rescate buscan en lo que fue la piscina del hotel porque en su interior se cree que puede haber muchas víctimas con la esperanza de que algunas estén con vida.
En otra parte de la misma ciudad la profesora Suci Rifka Wulansari, de 25 años, fue rescatada de entre los escombros a los que había quedado reducido el colegio Prayoga Catholic High School, después de 48 horas atrapada bajo los cadáveres de tres alumnos.
Las voces de lamento de la maestra permitieron a los equipos de salvamento localizarla.
Una madre cuenta en el Hospital Djamil que sacó con sus propias manos a su hija de dos años y medio de debajo de grandes cascotes de cemento.
"No sé de dónde saqué la fuerza (para levantar los escombros), pero sabía que tenía que salvarla", afirmó Salbiah.
La comunidad internacional se ha volcado con la petición de asistencia, cuyas autoridades se han visto desbordadas por la catástrofe.
"Necesitamos ayuda de los países extranjeros para que manden trabajadores de rescate cualificados y con equipamiento moderno", dijo la ministra de Sanidad, Siti Fadilah Supari.
Australia, China, Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, han enviado a profesionales para situaciones de emergencia, mientras Rusia mandó dos aviones militares con médicos, enfermeras y perros entrenados en rastrear supervivientes entre las ruinas.
La Agencia Nacional de Gestión de Desastres ha dicho que no pondrá traba alguna a los cooperantes extranjeros para que puedan volcarse a la tarea humanitaria de ayudar a los damnificados.
EFE
Con las primeras luces del día se reanudaron las operaciones de salvamento de posibles supervivientes de entre los restos del Hotel Ambacang en Padang, la capital de la provincia de Sumatra Occidental.
Los equipos de rescate buscan en lo que fue la piscina del hotel porque en su interior se cree que puede haber muchas víctimas con la esperanza de que algunas estén con vida.
En otra parte de la misma ciudad la profesora Suci Rifka Wulansari, de 25 años, fue rescatada de entre los escombros a los que había quedado reducido el colegio Prayoga Catholic High School, después de 48 horas atrapada bajo los cadáveres de tres alumnos.
Las voces de lamento de la maestra permitieron a los equipos de salvamento localizarla.
Una madre cuenta en el Hospital Djamil que sacó con sus propias manos a su hija de dos años y medio de debajo de grandes cascotes de cemento.
"No sé de dónde saqué la fuerza (para levantar los escombros), pero sabía que tenía que salvarla", afirmó Salbiah.
La comunidad internacional se ha volcado con la petición de asistencia, cuyas autoridades se han visto desbordadas por la catástrofe.
"Necesitamos ayuda de los países extranjeros para que manden trabajadores de rescate cualificados y con equipamiento moderno", dijo la ministra de Sanidad, Siti Fadilah Supari.
Australia, China, Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, han enviado a profesionales para situaciones de emergencia, mientras Rusia mandó dos aviones militares con médicos, enfermeras y perros entrenados en rastrear supervivientes entre las ruinas.
La Agencia Nacional de Gestión de Desastres ha dicho que no pondrá traba alguna a los cooperantes extranjeros para que puedan volcarse a la tarea humanitaria de ayudar a los damnificados.
EFE
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