La foto ganó el premio Vida Salvaje del Año 2017. Fue seleccionada entre más de 50 mil fotografías.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera). El premio Fotógrafo de Vida Salvaje del Año 2017 (2017 Wildlife Photographer of the Year), uno de los concursos de fotografía de naturaleza con mayor prestigio a nivel mundial, ya tiene ganador. El Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) ha dado a conocer a los galardonados de entre más de 50.000 fotografías presentadas en la edición de este año. La imagen, tomada por el fotoperiodista Brent Stirton, se titula Memorial to a specie (Memorial a una especie), y muestra un rinoceronte negro con el cuerno cortado por cazadores furtivos.
La historia que cuenta esta imagen es la de una de las últimas víctimas del comercio ilegal de cuerno de rinoceronte negro: un individuo recién cazado y sin cuernos en el parque Hluhluwe Imfolozi de Sudáfrica. Se cree que los cazadores furtivos, después de entrar ilegalmente en la reserva, tendieron una emboscada al rinoceronte en un pozo de agua y lo mataron antes de huir de su cuerpo mutilado. Según el fotógrafo, la escena del crimen fue una de las más de treinta que tomó en el transcurso de la cobertura de esta trágica historia.
Peligro. La conmovedora imagen es un símbolo del impacto devastador de la demanda de cuerno de rinoceronte, dicen desde la página web del premio. Se estima que en 2015 solo quedaban 5.000 rinocerontes, un número que los conservacionistas creen que ha caído desde entonces debido al aumento de la caza furtiva. Estos animales en peligro crítico se extinguirán a menos que se tomen medidas efectivas y convincentes.
"Cuando una imagen nos sorprende y nos asalta, debe haber una buena razón. Y esta la tiene. La marcada simplicidad nos obliga a presenciar el brutal, trágico y estúpido desperdicio del trabajo de un cazador furtivo. Si nos resulta incómodo es porque detrás está nuestra propia especie, mientras nos compadecemos de la espantosa muerte del rinoceronte, muerto por dos disparos solo para que su cuerno abastezca el comercio ilegal de una medicina cuestionable. Hay una horrible intimidad en esta fotografía: nos atrae y nos invita a pensar en nuestra respuesta y responsabilidad", cuenta Lewis Blackwell, presidente del jurado.
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