Tras nueve años de investigación, científicos descubren la relación entre el azúcar y el desarrollo del cáncer.
(Agencia N+1/Hans Huerto). Desde hace décadas se conoce que las células cancerígenas metabolizan el azúcar de manera diferente a las células sanas. Sin embargo, no se sabía exactamente cuál era el mecanismo. Después de nueve años de un estudio realizado por The Flanders Institute for Biotechnology, cuyos resultados publica Nature Communications, se pudo aclarar el vínculo entre el consumo de azúcar y la hiperactividad de las células cancerosas.
El fisiólogo alemán y ganador de un premio Nobel, Otto Heinrich Warburg, fue el primero en señalar la relación entre el azúcar y el cáncer. Desde entonces se conoce como Efecto Warburg y averiguar cómo funciona era una tarea crucial en la investigación contra el cáncer.
Estudio. La investigación se enfocó desde el inicio en el Efecto Warburg, o la observación de que los tumores convierten cantidades significativamente más altas de azúcar en lactato en comparación con los tejidos sanos, lo cual, no se sabía si era efecto sintomático del cáncer o una causa. Este estudio aclara el vínculo entre la desviación metabólica y la potencia oncogénica en las células cancerosas.
La investigación de células de levadura fue esencial para el descubrimiento, ya que estas células contienen las mismas proteínas 'Ras' comúnmente encontradas en las células tumorales, que pueden causar cáncer en forma mutada. Al usar la levadura como organismo modelo, el equipo de investigación examinó la conexión entre la actividad de Ras y el metabolismo del azúcar altamente activo en la levadura.
Conclusiones. "Hemos observado en la levadura que la degradación del azúcar está vinculada a través de la fructosa 1,6-biofosfato intermedia a la activación de las proteínas Ras, que estimula la multiplicación de las células de levadura y cáncer”, señala Thevelein. "La principal ventaja de usar levadura fue que nuestra investigación no se vio afectada por los mecanismos reguladores adicionales de las células de mamíferos, que ocultan procesos subyacentes cruciales. Así pudimos dirigir este proceso a las células de levadura y confirmar su presencia en células de mamíferos.
Sin embargo, los hallazgos no son suficientes para identificar la causa principal del efecto de Warburg. Se necesitan más investigaciones para descubrir si esta causa primaria también se conserva en las células de levadura. No obstante, la presente investigación sirve de base para futuras exploraciones en este dominio, que ahora se pueden realizar con un enfoque mucho más preciso y relevante.
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