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por Redacción RPP
·El sujeto había invadido en la noche del viernes la vivienda de su ex esposa, y, armado con un revólver, amenazaba con matarla.
El vigilante que mantuvo a su ex
mujer como rehén durante cerca de tres días en una residencia en la
ciudad brasileña de Canoas la liberó en la noche del lunes y se
entregó a la policía, informaron hoy fuentes oficiales.
Rodrigo Luciano Luz, de 32 años y que no aceptaba la decisión de su ex esposa de separarse a finales del año pasado, optó por rendirse tras las 70 horas en que la tomó como rehén y tras intensas negociaciones con la policía, que mantuvo la residencia cercada todo el tiempo.
El vigilante había invadido en la noche del viernes la vivienda de su ex esposa en Canoas, uno de los municipio en el área metropolitana de Porto Alegre, y, armado con un revólver, amenazaba con matarla.
El secuestrador liberó el sábado a sus dos hijos, un niño de 11 años y una niña de 8, a los que también había tomado como rehenes, y llegó a herir de un balazo a un cuñado que intentó ingresar a la residencia para conversar.
Tras aceptar los términos de rendición de la policía, Luz dejó salir de la vivienda a su esposa, Josiane Pontes, de 29 años, hacia las 21.00 hora local (23.00 GMT) del lunes y salió esposado y fue conducido inicialmente a un hospital antes de ser trasladado a una cárcel en Porto Alegre, la capital del sureño estado de Río Grande do Sul.
Pontes también fue conducida a un hospital debido a que, poco después de dejar su propia residencia y en la que estuvo como rehén, se desmayó en los brazos de un policía.
El vigilante será procesado por los delitos de porte ilegal de armas, intento de homicidio, reclusión privada y receptación de objetos robados debido a que llegó hasta la residencia de su ex mujer en un vehículo robado.
Desde el comienzo la policía descartó la posibilidad de realizar una operación para intentar liberar a la mujer y optó por rendir al secuestrador por el cansancio, lo que terminó dando resultado.
Durante los tres días de negociaciones dos oficiales de la policía se turnaron para conversar con el vigilante por un teléfono móvil a cada diez minutos.
"Logramos establecer una relación de confianza y todo lo que acordamos con él lo cumplimos. Eso fue fundamental para la rendición", afirmó el subcomandante general de la Policía Militarizada de Río Grande do Sul, coronel Jones Calixtrato.
De acuerdo con familiares, Luz no acepta la separación solicitada por su mujer y llegó a pedir ayuda médica debido a que sufría de depresión. EFE
Rodrigo Luciano Luz, de 32 años y que no aceptaba la decisión de su ex esposa de separarse a finales del año pasado, optó por rendirse tras las 70 horas en que la tomó como rehén y tras intensas negociaciones con la policía, que mantuvo la residencia cercada todo el tiempo.
El vigilante había invadido en la noche del viernes la vivienda de su ex esposa en Canoas, uno de los municipio en el área metropolitana de Porto Alegre, y, armado con un revólver, amenazaba con matarla.
El secuestrador liberó el sábado a sus dos hijos, un niño de 11 años y una niña de 8, a los que también había tomado como rehenes, y llegó a herir de un balazo a un cuñado que intentó ingresar a la residencia para conversar.
Tras aceptar los términos de rendición de la policía, Luz dejó salir de la vivienda a su esposa, Josiane Pontes, de 29 años, hacia las 21.00 hora local (23.00 GMT) del lunes y salió esposado y fue conducido inicialmente a un hospital antes de ser trasladado a una cárcel en Porto Alegre, la capital del sureño estado de Río Grande do Sul.
Pontes también fue conducida a un hospital debido a que, poco después de dejar su propia residencia y en la que estuvo como rehén, se desmayó en los brazos de un policía.
El vigilante será procesado por los delitos de porte ilegal de armas, intento de homicidio, reclusión privada y receptación de objetos robados debido a que llegó hasta la residencia de su ex mujer en un vehículo robado.
Desde el comienzo la policía descartó la posibilidad de realizar una operación para intentar liberar a la mujer y optó por rendir al secuestrador por el cansancio, lo que terminó dando resultado.
Durante los tres días de negociaciones dos oficiales de la policía se turnaron para conversar con el vigilante por un teléfono móvil a cada diez minutos.
"Logramos establecer una relación de confianza y todo lo que acordamos con él lo cumplimos. Eso fue fundamental para la rendición", afirmó el subcomandante general de la Policía Militarizada de Río Grande do Sul, coronel Jones Calixtrato.
De acuerdo con familiares, Luz no acepta la separación solicitada por su mujer y llegó a pedir ayuda médica debido a que sufría de depresión. EFE
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