El presidente de Sudáfrica espera que el 10 % de sus 60 millones de habitantes estén vacunados a principios de 2021.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció este lunes en un discurso a la nación medidas más restrictivas en el que es el país más golpeado por la COVID-19 del continente, y volvió a prohibir la venta de bebidas alcohólicas.
"Nuestra prioridad en estos momentos, pese a todo, debe ser salvar vidas", dijo Ramaphosa al anunciar el veto en la distribución de alcohol, sector sobre el que reconoció la "gran importancia" para la economía sudafricana, fuertemente golpeada por esta pandemia.
Entre otras medidas, también se endureció el toque de queda nocturno, que desde la noche de hoy será de las 21.00 (19.00 GMT) hora local hasta las 06.00 (07.00 GMT), además de cerrar parques, playas y espacios públicos de recreo en las zonas más afectadas por esta segunda ola de coronavirus.
Anoche, Sudáfrica superó el millón de contagios, con 1 004 413 de casos confirmados y 26 7735 muertes, según anunció el Ministerio de Salud, al tiempo que el país afronta una nueva variante del virus, conocida como 501.V2, y que podría ser más contagiosa.
Desde el día de Nochebuena se han registrado más de 50.000 contagios, en lo que el mandatario describió como "un ritmo de infecciones alarmante y sin precedentes", sobre todo, en las provincias de Cabo Occidental, donde está Ciudad del Cabo; Cabo Oriental; KwaZulu Natal, Gauteng, donde se localiza Johannesburgo -la mayor urbe del país- y Pretoria.
Por último, el uso de la mascarilla en espacios públicos será obligatorio bajo multa o pena de cárcel de hasta seis meses, y cualquier encuentro público o privado queda prohibido durante dos semanas, salvo funerales a los que podrán acudir un máximo de 50 personas.
En todo el continente africano se han registrado más de 2,7 millones de contagios, 62 770 fallecimientos y 2,2 millones de recuperaciones, según los últimos datos proporcionados por la Universidad John Hopkins.
(Con información de EFE)
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