“Es la primera vez que Argentina tiene un desarrollo íntegramente propio en vacunas que no solo va a abastecer al mercado local, sino que se va a exportar”, destacó el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus.
Argentina presentó la vacuna contra la COVID-19 ‘Arvac Cecilia Grierson’, de fabricación nacional, que servirá de refuerzo contra las variantes actuales, podrá adaptarse a otras cepas del coronavirus y ayudará a la sustitución de importaciones, además de que podría exportarse.
"Es un día histórico para la ciencia y la tecnología argentina. Es la primera vez que Argentina tiene un desarrollo íntegramente propio en vacunas que no solo va a abastecer al mercado local, sino que se va a exportar", afirmó en una rueda de prensa el ministro argentino de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de Argentina aprobó el registro de la Arvac, junto a su versión bivalente, para ser usada como refuerzo entre los 18 y los 60 años, aunque también fue probada en mayores de 60 con y sin comorbilidades.
Desarrollo de la vacuna
La líder del proyecto e investigadora de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Juliana Cassataro, aseguró que los ensayos fueron probados en 2 094 voluntarios y con leves efectos secundarios.
Más de 600 personas, que comprenden personal científico y técnico de 24 instituciones públicas y privadas -como la UNSAM y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)-, trabajaron desde 2020 para el desarrollo de esta vacuna y el Laboratorio Pablo Cassará.
Por su parte, Filmus afirmó que esta tecnología dejará una plataforma que permitirá ser transferida al desarrollo de otras inoculaciones.
"Argentina importa vacunas por 500 millones de dólares al año y este desarrollo va a significar un gran paso para sustituir importaciones", agregó el ministro.
A su turno, la ministra de Salud argentina, Carla Vizzotti, indicó que "el virus (de la COVID-19) no va a desaparecer. Llegó para quedarse, la inmunidad se termina con el tiempo y por eso es necesario un refuerzo".
La tecnología utilizada se basa en una proteína recombinante "segura y conocida" que se ha utilizado hace tres décadas para fabricar la inmunización contra la hepatitis B, usada en neonatos, o contra el HPV aplicada a adolescentes, aunque todavía no se han efectuado ensayos clínicos de la vacuna en menores de 18 años. (EFE)
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