A punto de cumplir 90 años, el líder del budismo tibetano anunciará el próximo 6 de julio los pasos a seguir para asegurar la continuidad de su legado. China, atenta a cada movimiento, busca influir en el proceso. Desde Beijing consideran al Dalai Lama un separatista y ya existen antecedentes de intervención: en 1995 detuvieron al Panchen Lama, figura clave en la identificación de su sucesor.
Esta semana, el Dalai Lama protagonizará una cumbre de tres días junto a las principales figuras religiosas budistas. Este encuentro se celebra en vísperas de su 90º cumpleaños, mientras sus seguidores esperan con atención detalles sobre su sucesión, un proceso que también es observado con recelo por China.
Desde el exilio en India, durante la ceremonia del Tenshug, dio señales respecto a su intención de abrirle paso al Dalai Lama número 15. Ante cientos de fieles y monjes en el templo de McLeod Ganj, al norte del territorio indio, destacó el deber de “servir a la humanidad” no como persona sino a través de la figura que él representa.
"El resto de mi vida lo dedicaré al beneficio de los demás, tanto como sea posible, tan extensamente como sea posible", y añadió: "Habrá algún tipo de marco dentro del cual podremos hablar sobre la continuación de la institución de los Dalai Lamas", sin precisar más detalles.
El cónclave religioso de esta semana, el primero en seis años, tendrá la presencia de más de 100 líderes budistas tibetanos y dejará una declaración en vídeo del monje, que ha vivido exiliado en India desde 1959.
El Dalai Lama huyó de su Tíbet natal luego de un infructífero levantamiento contra la ocupación de China y, desde ese momento, se recluyó en la ciudad india de Dharamshala y se transformó en un objetivo de Beijing.
Recientemente, el maestro budista publicó su libro Voz para los sin voz, en el que afirmó que su reencarnación no nacerá en China.
Esta declaración va en contra de los intereses del gigante asiático, que busca controlar el linaje de sus sucesores. Por esta razón, en 1995 China tomó bajo custodia al Panchen Lama, una figura clave en el proceso de reconocimiento de la reencarnación, y ahora pretende nombrar a su propio candidato para ese puesto.
En France 24 hablamos con Alex Sierra Moncada, analista político e internacionalista, quien analizó los movimientos del Dalai Lama para evitar la injerencia china.
“Desde su liderazgo implica dejar un mensaje claro a los más altos niveles de lamas que estuvieron en la reunión y como la institución deberá afrontar en los siguientes años estos procesos sin una injerencia china”, dijo.
El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, asiste a una ceremonia de celebración de su 90 cumpleaños según el calendario lunar tibetano, en Dharamsala.Fuente: REUTERS
China y su deseo de tener al Dalai Lama bajo control
Para Beijing, el actual líder budista es un separatista ya que aboga por la reivindicación histórica y cultural del Tíbet. Además, porque el Dalai Lama manifestó que su sucesor no será chino y que cualquier postulante que quieran emerger debe ser rechazado.
Sin embargo, desde el gigante asiático aseguran que tienen derecho a aprobar al sucesor, como legado de la época imperial, cuando el ritual consistía en extraer un nombre de una urna de oro con las posibles reencarnaciones.
La vicepresidenta del parlamento tibetano, Dolma Tsering Teykhang, remarcó que es importante seguir las pistas del líder budista para evitar que China asuma el control sobre el nuevo elegido.
“Intenta vilipendiarlo a cada oportunidad. Está tratando de establecer reglas y regulaciones sobre cómo tener la reencarnación del Dalai Lama en sus manos”, apuntó.
Sierra Moncada analizó el rol trascendente del Dalai Lama a nivel geopolítico. “Hay un tema en especial y es la libertad religiosa, los derechos humanos, pero hay una dimensión geopolítica muy importante, el Tíbet está bajo una presión constante y creciente en todo momento”, subrayó.
“Queremos que la encarnación del Dalai Lama nazca no solo para la supervivencia del Tíbet como cultura, religión y nación diferencias, sino también para el bienestar de toda la humanidad”, agregó.
No es usual que se hable de la reencarnación mientras el monje aún está con vida. Sin embargo, la presencia amenazante de Beijing y su posible intervención modificó el curso del proceso.
Desde China han intentado deslegitimar la autoridad del Dalai Lama; por ejemplo, en marzo lo catalogaron como un exiliado político que “no tenía derecho alguno a representar al pueblo tibetano”.
“La República Popular China siempre tuvo un enfoque estratégico hacia el Tíbet. Y a partir de ahí, el partido ha trabajado asiduamente para extender su control y explotar los recursos del Tíbet para controlar a su población”, añadió Sierra Moncada.
“El Partido utiliza el budismo y el budismo tibetano en diferentes comunidades de su periferia como instrumento de influencia”, detalló.
¿Cómo se elige al Dalai Lama?
Existe un sistema en funcionamiento para que el gobierno tibetano en el exilio tome el lugar del actual Dalai Lama, mientras los encargados buscan y reconocen al próximo. Este procedimiento, instaurado en 2011, terminó con una tradición de 368 años en la que el monje era el líder espiritual y temporal de los tibetanos.
Es decir, ahora el Dalai Lama será solo líder espiritual, y el liderazgo político temporal lo ejercerá el gobierno en el exilio, separando así esas dos funciones que antes estaban unidas en la misma persona.
Un nuevo Dalai Lama surge después de la muerte del vigente, en la que, según la tradición tibetana, el alma del monje reencarna en otra persona. Su sucesor es identificado por grupos de búsqueda guiados por señales, como la visión de un miembro de alto rango.
El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, asiste a una ceremonia de celebración de su 90 cumpleaños, según el calendario lunar tibetano, en el templo Tsuglagkhang de Dharamshala, India, el 30 de junio de 2025.Fuente: REUTERS
En France 24 conversamos con Juan Mendoza, fundador del proyecto de divulgación budista ‘Dharmatic’, quien contó en qué consta la elección del jefe espiritual budista.
“Lo que se hace es dejar instrucciones para poder localizar su siguiente reencarnación. Por ejemplo, algunas descripciones de la zona o características de los padres”, explicó.
“Por ahora la reencarnación es parte del plan de la sucesión que no se conocerá sino hasta el 6 de julio y que contará cómo se hará esa transición con el nuevo Dalai Lama”, agregó Sierra Moncada.
Mendoza apuntó que generalmente se hace con un consejo, en el que hay una serie de lamas que ayudan a este tipo de señalamientos y la expectativa está en que se llevará a cabo en el mundo moderno y desde el exilio por primera vez.
“La importancia del Dalai Lama se ha enfocado en tres tareas principales: preservar y difundir la cultura y tradiciones tibetanas, buscar la independencia política del Tíbet y el establecimiento de una democracia, y transmitir a la humanidad los valores y tradiciones filosóficas del budismo”, finalizó Sierra Moncada.