El país asiático celebró una ceremonia de conmemoración marcada por una advertencia del alcalde de Hiroshima sobre el repunte del nacionalismo en el mundo y las armas nucleares. En el evento, el primer ministro Shinzo Abe también se pronunció sobre el tema.

El alcalde de Hiroshima Kazumi MatsuI ofrece una nueva lista de muertos por bomba atómica, incluidos individuos que murieron por los efectos secundarios de la radiación.Fuente: AFP

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, pronunciaron discursos durante el servicio conmemorativo.Fuente: AFP

Servicio en memoria de las víctimas coreanas del bombardeo atómico de Hiroshima en 1945.Fuente: EFE

Familiares ofrecen oraciones por las víctimas de la bomba atómica en el Peace Memorial Park en Hiroshima.Fuente: AFP

La gente quema incienso y ofrece oraciones temprano en la mañana antes del servicio conmemorativo del 73º aniversario de las víctimas.Fuente: AFP

Niñas echan al agua en varios farolillos para "confortar" a las víctimas del ataque nuclear del 06 de agosto de 1945.Fuente: EFE
Una campana resonó este lunes en Hiroshima, 73 años después del primer bombardeo nuclear del mundo, una ceremonia de conmemoración marcada por una advertencia del alcalde sobre el repunte del nacionalismo en el mundo.
El cielo estaba despejado como aquel 6 de agosto de 1945 cuando, a las 08:15 horas, un bombardero B-29 estadounidense nombrado "Enola Gay" soltó sobre la ciudad la bomba atómica "Little Boy", provocando el día mismo y las semanas siguientes la muerte de 140,000 personas.
"Si la humanidad olvida la historia o deja de confrontarse con ella, podríamos volver a cometer un terrible error. Por eso debemos seguir hablando de Hiroshima", declaró el alcalde Zaumi Matsui.
"Los esfuerzos por eliminar las armas nucleares deben continuar", insistió. "Algunos países se muestran abiertamente nacionalistas y modernizan su arsenal nuclear, avivando tensiones que se habían mitigado con el final de la Guerra Fría", lamentó.
Contradicciones japonesas
El primer ministro, Shinzo Abe, adoptó un tono menos categórico, en un discurso que volvió a dejar patente las contradicciones japonesas sobre el tema de las armas nucleares.
El año pasado, Japón decidió no firmar un tratado para prohibir el arma atómica, adoptado en la ONU, coincidiendo así con las potencias nucleares que mencionan la amenaza norcoreana para denunciar la ingenuidad del texto.
"En los últimos años, ha quedado claro que existen divergencias entre países sobre las formas de reducir las armas nucleares", declaró Abe.
"Nuestro país quiere actuar con paciencia para servir de puente entre las dos partes y liderar los esfuerzos de la comunidad internacional" hacia la desnuclearización, añadió.
Tres días después de la destrucción de Hiroshima, una segunda bomba atómica "Fat Man", golpeó la ciudad de Nagasaki. El 15 de agosto, Japón anunció su capitulación, que abrió el camino al final de la Segunda Guerra Mundial. (AFP)
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